revisores y seguratas déspotas minúsculos.
Los nombres sofisticados de las inmobiliarias.
La ruindad atávica de las ambulancias.
Ya no nos tumbaremos desnudos en el asfalto
a jugar a identificar el rumor híbrido de las cloacas.Ya no compondré himnos ultrajantes
para ser escuchados al revés en los palacios agrietados de invierno
por emperadores ebrios aniñados.
Ya no saltaremos de los puentes por sed de inercia
ni pasearemos entre cipreses humanos nuestra gloriosa decadencia.
La publicidad de los bancos y cajas de ahorro de madera.
La psicópata espera de los padres en las puertas de los colegios.El brillo fustigador de la chapa con el nombre de la cajera.
Los insultos obscenos en las agencias de viajes inmóviles.
Ya no te desenroscaré susurros de lluvia de tu pelo traicionero.
Ya no planearé motines indigestos de papeleras indigentes.Ya no arruinaré tu boda en Las Vegas.
Tampoco ya jamás liberaremos al caniche de la vecina
el día de su primera comunión.
Seremos siempre lunes serios correctos civilizados.
Como los debates la diabetes las corbatas las masacres cotidianas.