La civilización moderna ha creado un desequilibrio abismal entre la esfera material y espiritual del ser humano, el fomento de la riqueza material en base a la acumulación de bienes y dinero por parte del Capitalismo ha supuesto una degradación espiritual nunca vista antes entre los individuos que integran la sociedad.
La muerte espiritual debe ser recompensada con la imposición del entretenimiento y los narcóticos pseudo-espirituales que ofrece el sistema a través de su aparato de propaganda como; la política, la filosofía y la religión entre otras doctrinas que sirven para mantener anestesiados y pusilánimes a la clase gobernada, en la cual los integrantes de ésta no participan ni deciden ninguno de los aspectos más fundamentales de sus vidas.
La paulatina pauperización de la sociedad en general provocoda por la crisis económica del 2007 con la reducción del poder adquisitivo y de los salarios en general y la exclusión social de una parte de la sociedad en forma de desempleados no ha generado ninguna respuesta del público debido al delegacionismo despositado en las instituciones del Estado y a la miseria espiritual en la que se desenvuelve las relaciones de los individuos.
Es significativo que sólo el 15-M, un movimiento que se fue disolviendo al no tener unas bases sólidas, fuera absorbido por los 4 listillos de turno que supieron aprovechar el desencanto y descontento de una parte de la joventud para reconducirlos por la vía parlamentaria, de manera que el movimiento se estancara y paralizara en favor de la política oficial, no oponiendo resistencia alguna ante los abusos, desmanes y corrupción en general del sistema de dominación Capìtalista que fagocita sistematicamente la vida de sus súbditos