"No podemos estar satisfechos", consideran los miembros de la logia inspirada en el escritor y fundada en 1933, porque consideran que la muestra deja "oculta" una parte "fundamental de su vida"; es decir, "su calidad de masón, y su pertenencia a la logia Acacia de Valencia hasta su triste muerte".
En este sentido, el comunicado indica que "no sabemos a qué viene el constante olvido de las instituciones municipales o de la Generalitat, y de la familia, siendo todas estas partes causantes de la ocultación del gran masón que era Vicente Blasco Ibáñez".
Y como prueba de la recalcitrante masonería del autor de 'Cañas y barro' o 'Sangre y arena', los miembros de la Logia Blasco Ibáñez empiezan, paradójicamente, por el final de la vida del político, novelista y agitador cultural.
"Su entierro (siendo este el único aspecto masónico que recalca la exposición, más que nada al ser obligados por la fuerza de la fotografía), el cual se produjo por su expreso deseo bajo rito civil (si bien parte de su familia trató de cristianizar), llegando a estar su féretro repleto de símbolos masónicos", indican los masones.
Desde la logia también alegan como prueba de la influencia de esta sociedad en Blasco Ibáñez el nombre de su primera hija (Libertad, "en clara alusión a uno de los valores claramente masónicos"), su talante universal o " la gran laicidad en sus creencias políticas, así como las columnas que decoran su chalé de la Malvarrosa", lo que aprovechan para "reivindicar la vida claramente masónica del gran maestro".