Revista Cine
En esta 51ª edición del Festival de Sitges otra de las obras a destacar y de la que, para bien o para mal, no se está oyendo comentar nada al respecto, ha sido Clara. Dirigida por Akash Sherman, su realizador y guionista nos presenta una película de corte romántico algo empalagoso en su primera mitad, que por suerte, evoluciona a la ciencia ficción y se centra en la búsqueda de vida en el resto de la galaxia, aunque lo haga desde un punto de vista más espiritual que científico, debido a una situación personal del director que éste comentó tras la proyección en el Q&A , el resultado me ha parecido excelente.
Un astrónomo se obsesiona con buscar en el cosmos signos de vida más allá de la Tierra, lo que lleva a un descubrimiento sorprendente.
Desde luego, que para los amantes del cine fantástico, lo más atractivo del film reside en su segunda mitad, cuando el guión, sin desviar toda la atención del romance inicial entre ambos protagonistas plantea nuestra propia existencia como especie en el universo y nuestro propósito en él.
Clara es una película de muy pocos personajes centrándose en Clara y en el Dr. Isaac Bruno, principalmente son los dos personajes que arrastran la historia hacia delante. El actor Patrick J.Adams encarna al Dr. Isaac Bruno, personaje que solo cree en lo que puede demostrar científicamente. Mientras que Clara, papel ejecutado por Troian Bellisario, tiene ciertas creencias espirituales que contrastan fuertemente con las de Isaac, el choque de creencias eleva el argumento por encima del interés de la parte romántica y en consecuencia centra nuestra atención durante la totalidad de la película.
Con una fotografía y unos planos estelares realmente cautivadores y con unos efectos especiales y visuales nada envidiables a cualquier megaproducción de Hollywood, la historia adquiere fuerza y emotividad a partes iguales en esta segunda mitad con un desenlace que recuerda levemente a la premisa de Contact, con un gran carácter propio y personal. Labor importante en estos sentimientos encontrados, lo tiene la banda sonora compuesta por Jonathon Kawchuk, que viene de componer música para cortometrajes, poniendo aquí todo su empeño y talento al servicio de este primer largo como compositor.
Clara plantea todas esas dudas que mantenemos a nivel individual sobre si estamos solos en el universo y lo aplica al plano de la soledad en las relaciones humanas y románticas. Aún con su parte más próxima a la ciencia ficción, Clara no termina de encajar en un Festival como el de Sitges que está dedicado al fantástico. Lo cual no quita que Clara sea una obra de lo más disfrutable en otros ámbitos cinéfilos.