Revista Opinión

Claro – Oscuro

Publicado el 12 mayo 2019 por Carlosgu82

13:51Estás con tus amigos. 13:52. Tienes una llamada de teléfono. 13:53. Te cambia la vida. Así. De repente. Sin darte tiempo si quiera a reaccionar. Porque no te da. Porque los seres humanos no estamos preparados para eso, ni creo que lo lleguemos a estar. Cambias. Y pasas a ser la misma persona, con los mismos valores de antes, con las mismas amistades, mismas creencias, pero todo diferente. Todo distinto. Entonces,  Te das cuenta que la vida es sobrevivir. Que cuando otros no te hacen daño, nosotros somos capaces de hacérnoslo a nosotros mismos, y el sufrimiento interior es lo peor que puede existir. Entonces, empiezas a valorar más la vida. No solo los buenos momentos, los malos también, y todo se vuelve más intenso de lo que ya era aún.

Sin embargo, no consigues empatizar con la vida, pues te das cuenta de que ella sigue, y que tu estás estancado. El campo sigue verde, pero lo empiezas a ver seco. Marrón. Descuidado. Pero si, estas leyendo bien, el campo es verde. La gente ríe, pero ¿ Como son capaces?. Y lo peor de todo. Preguntas sin respuesta. O con respuestas poco convincentes. Todo se ve negro. Oscuro. Empiezas a tener miedo, y sientes la soledad cerca de ti. Ves y eres consciente de que todo avanza, sin embargo tu sigues anclada a recuerdos, al cariño, a los buenos momentos, y sobretodo al porqué. Al cómo. Y si, otra vez, a las preguntas sin respuesta.

Te pones en la piel de alguien. Intentas entender ciertas decisiones, pero ninguna es lo suficientemente fuerte como para entenderlo. Y más preguntas sin respuesta. Cuando parece que te vas a despejar, tu cabeza sigue. Y sigue.  Pasas de vivir la vida como un protagonista, a ser un personaje secundario. Y muy secundario. Todo lo ves a cámara lenta. Muy lenta. Y cuando te hablan, te hacen risas, te da rabia. Rabia a que  no hablen del tema.  Que quieran evitarlo para que no pienses más. Cuando lo que quieres es hablar de ello. Que  te respeten. Y te planteas si estas obsesionada. Los demás te dan consejos. No es que no los quieras, pero te resultan absurdos. Pues no saben lo que hay dentro. No lo saben. Porque es lo que tiene el dolor. Que es único. Propio. Personal. Tiene carácter. Tiene personalidad. Y a nada que lo expliques, pierde toda su esencia. Todo su significado.  Y  a veces lo que más miedo da, es saber que,  aunque otras personas vivan lo mismo, nunca nadie  lo vivirá como tu. Y asusta. Pues te encuentras de frente de nuevo, con la soledad. ¡Y adivina que! De la mano lleva, como no, a las preguntas sin respuesta.

A veces no nos damos cuenta como el dolor nos puede hacer estallar.  Que curioso. El dolor. Pero el dolor interno, no es como una herida, que se tapa y se cura .No. Al revés. Necesita aire. Necesita desahogo. Necesita destaparse.  Si se aprieta. Si se tapa. Estamos perdidos. Y tan perdidos…

¿Sabes esa sensación cuando ves tragedias y dices, como actuaría yo con algo así?. Pues esta pregunta solo la responden los que nunca la han vivido. Porque son ellos los que pueden pensar sobre lo que harían. Los que lo han sufrido no. Porque no tienen palabras. Porque no las hay.

Dicen que a lo largo de la vida pasamos varios duelos. Y digo yo¿ Realmente se pasan, y se van, o es algo con lo que lidiamos toda la vida desde que pasa, hasta que nos morimos?. Sea lo que sea, lo que está claro es que siempre hay preguntas sin respuestas. Y que lo que tu ves oscuro, el de al lado lo ve claro. Por eso, yo creo, que la vida, no es otra cosa que, un claro- oscuro. De preguntas sin respuesta.


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