El conjunto escultórico del artista local José María Sánchez Martínez, colocado en la Plaza del Primero de Mayo de Melilla en el año 2014, ha dado mucho que hablar. Añadir un díos más al extenso panteón religioso de la ciudad, y además uno destronado, en la plaza que simboliza la lucha de los trabajadores fue una decisión curiosa.
Algunos han interpretado todo en clave esotérica y masónica. Dudo que el presidente de la ciudad hubiera dado esa interpretación tan tabú para su ideario. Desconocemos la voluntad del autor de la obra o si está tiene vida propia.
Desde el punto de vista matemático nos interesan las dos hemiesferas gemelas arrastradas por el titán que acaba con su tiránico padre Urano. Se trata de dos relojes solares con interesante uso escolar.
El reloj solar más sencillo de explicar es la semiesfera orientada al sur y cuyo eje orientado coincida con el eje de rotación del planeta. El gnomon se sitúa en ese eje y con la longitud del radio. La sombra de la punta se moverá uniformemente con la rotación de la Tierra, quince grados a la hora.
Los paralelos de Cáncer y Capricornio limitan el extremo de la sombra según las estaciones y marcan la época del año. El Ecuador marca los equinoccio, Cáncer el solsticio de invierno y Capricornio el de verano. Las letras que lo indican ya casi son inexistentes.
Se ve que el escultor no quiso hacer relojes solares. ¿Dos gemelos? ¿Por qué tan pocas marcas horarias? ¿Por qué se curvan en “ese” las porciones de hemisferios que deberían marcar la hora? ¿Por qué no se ha instalado el conjunto en un lugar donde los edificios no den sombra? ¿Por qué no te puedes acercar sin peligro de atropello? ¿Ecuación del tiempo? ¿Extensión de los días entre Ecuador y Cáncer?
Los claroscuros no impiden el uso didáctico. Muchas veces es más útil lo imperfecto.