Las redes sociales, las de verdad, son muy relevantes en la vida de una persona... que me lo digan a mi, que soy quien soy gracias a la gente que he conocido. Esto que contaba el otro día Emilio Castilla en el periódico: "La clase media ha entendido el valor del capital social: saber que las redes de contactos pueden ser tan decisivas como la educación. En mis clases en el MIT, cuando hablamos de cómo construir carreras exitosas, insisto mucho en esto: invertir en capital social -en relaciones profesionales, mentores, colegas- es tan importante como invertir en formación. Y no hablamos solo de contactos cercanos, sino también de las llamadas conexiones débiles: esas relaciones más lejanas, pero que pueden abrirte nuevas oportunidades y cambiarte la vida. Todo esto tiene un doble filo. Por un lado, el networking puede perpetuar desigualdades si se convierte en un mecanismo de exclusión. Pero, por otro, es la herramienta que muchas personas usan para compensar precisamente las fallas del sistema meritocrático. Es una forma de decir: si el mérito no basta, necesito relaciones que me den acceso a las oportunidades..."
