El clásico que destaco hoy lo he descubierto más bien recientemente, lo que no quita que no pase a formar parte importante de mi imaginario musical desde el primer segundo de su escucha, ya que es una verdadera gozada para todos los sentidos.
Ya desde su inicio nos atrapa con esa guitarra que como el mismo decía, sonaban como un Jet afinado, y que marcaba a fuego ese movimiento de libertad absoluta que era el glam-rock, del que es uno de los máximos representantes.
Estaba incluida en el trabajo musical del mismo nombre, y fue el primero que editaba en solitario tras la disolución de Roxy Music y que incluía en él maravillas imperecederas como Baby's On Fire o Needles In The Camel's Eye, también hitos importantes en ese movimiento musical.
Lo que está claro es que no os va a dejar indiferente si no lo conocéis, ni la canción ni el disco; ya que es una forma de regresión extraordinario, una forma de viajar con la mente y ¡que coño!, toda una obra de arte a la que rendir pleitesia.