Esta semana nos ha dejado Ennio Morricone, uno de los más grandes compositores de la historia del cine a la edad de 91 años. Nos ha parecido de recibo dedicarle el clásico (que me atreviría a decir que no es la primera vez que lo hacemos) y que sirva de algún modo de homenaje.
Con el arsenal de piezas memorables en su haber y repasándolas todas, seguramente podrían haber protagonizado esta sección muchas otras, pero claro, he optado por mi favorita entre todas ellas, una obra magistral y que con el paso del tiempo no hace más que adquirir una patina de belleza y emoción aún más grande.
Se trata de la banda sonora que creó junto a su hijo Andrea para la preciosa y entrañable película Cinema Paradiso, dirigida en 1988 por Giuseppe Tornatore y que fue ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa de ese año y que se está proyectando de nuevo en sala grande.
Y elijo esta por la sencilla razón que la primera vez que la vi en pantalla grande no pude sinó sentirme identificado, ya que tuve la suerte de poder ver el cine desde la sala de proyección muchísimas veces en mi infancia, lo que supongo que hizo que se me clavara más esta bonita historia, esta preciosa melodía y que me transformara en un cinéfago empedernido. DEP, maestro.