Un sábado más os queremos alegrar la vida con esas canciones añejas que desde el primer acorde son capaces de salvarnos el día, y más si es como esta, adictiva y fresca como pocas de las que han pasado por la sección del clásico.
No me considero para nada fan de ninguno de los dos, y menos de las aventuras ochenteras de la señora Turner, que simplemente me producen urticaria nada más sonar, pero casos como este soul-rock que nos ocupa te reconcilian con cualquiera.
Del señor Ike no diré mucho más con las referencias que tengo al respecto, pero también diré que si era capaz de hacer maravillas como esta no puedo más que rendirme a la evidencia y mover el cucu como es debido.
Si, ya sé que no digo mucho de la canción, pero es que en casos como este deberíamos simplemente darle al play y olvidarnos por completo de las palabras, que la música es para ser disfrutada y no leída, ¿no?. Pues eso...