Hoy para el clásico de la semana he querido elegir una de esas canciones que me transportan directamente a la infancia, ya que esta era (y supongo que es) una de las favoritas de mi padre, cosa que denota claramente de quien he heredado el buen gusto, ejejeje.
Del grupo de Spencer Davis podría haber elegido otras maravillas, como la enérgica Keep On Running o I'm A Man, ya que me gustan casi tanto como esta que nos ocupa, pero no tienen el punto de nostalgia personal que si tiene Gimme Some Lovin.
La canción fue compuesta por uno de los integrantes del grupo, hermano pequeño del líder de la banda, y que seguramente muchos conoceréis, ya que con el devenir del tiempo ha pasado a ser más importante que la propia banda, Steve Winwood.
Una voz cargada de entrega, una bajo muy marcado y un protagonismo necesario del órgano hacen de ella una pieza sonora incapaz de envejecer, que en su momento estuvo en los primeros puestos de las listas de UK y de USA.