
Hulka de John Byrne 1 al 8 (The Sensational She-Hulk 1 al 8 USA, 1989).
4 años habían pasado desde que Byrne publicara la novela gráfica de Hulka. En esos 4 años, mucho había pasado en la vida profesional de Byrne y en el mundo del cómic americano. Byrne había terminado su larga etapa en Los 4 Fantásticos y se había largado de Marvel tras no aguantar más al editor Jim Shooter. En el año 1986 y hasta 1988, Byrne se mudó a DC Comics y realizó su legendaria etapa y reinterpretación de los mitos del Hombre de Acero. Pero desavenencias con el editor Mike Carlin (una constante en su carrera), hizo que Byrne abandonara DC Comics y volviera a la editorial que le vio triunfar, Marvel Comics, que desde 1988 tenía un nuevo editor jefe, Tom de Falco.

El otro gran cambio, este ocurrido en la industria del cómic, fue la oscuridad que se cernió en el género superheróico, tras la aparición de las obras de Alan Moore y Frank Miller, “Watchmen” y “Dark Knight”. A partir de ahí, el mundo de los superhéroes se convirtió en algo sórdido, serio y en la mayoría de las ocasiones algo muy aburrido. Pero la aparición de la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis en 1987 fue una bocanada de aire fresco, optimista y humorístico dentro de la seriedad impostada en el género.

Por lo que la Hulka de Byrne siguió la estela de la ligereza y el humor de la JLA, pero imprimiéndole un toque de metalenguaje, acercándose a otra obra coetánea como fue el Animal Man de Grant Morrison, pero con diferente intención. En la obra de Byrne, Hulka se dirige al lector, rompiendo la cuarta pared, sabiéndose ella personaje de ficción, jugando con las convenciones del género, con recursos tales como pasar de una viñeta a otra rompiendo las leyes del espacio-tiempo o utilizando las subtramas para acelerar acontecimientos. Aunque el mejor ejemplo de meta-lenguaje es el acontecido en el número 5 de la serie, cuando Hulka rompe literalmente las páginas del cómic y se mete directamente en una doble página de anuncios de cómics atrasados, donde Byrne se ríe y mofa de todos los títulos de Marvel y sobre todo de la especulación alrededor de los números atrasados en el mercado americano, sin olvidar las pullitas que le suelta tanto a su antiguo compañero de andanzas, Chris Claremont y a su odiado ex editor jefe, Jim Shooter.

Pero Byrne no olvida en ningún momento que está realizando un tebeo de superhéroes y cada página de su corta primera estancia al frente del título está llena de la magia al estilo Marvel, algo perdida en la actualidad y de la que Byrne fue uno de sus máximos exponentes, sin olvidar el tratamiento y desarrollo del que yo creo su personaje más querido, una Hulka que deja muy atrás ser la prima tonta y remedo del Increible Hulk, convirtiéndola en uno de sus personajes femeninos mejor desarrollado, ejemplo de la mujer contemporánea y sex symbol absoluto del cómic de los años 80. Decir también, que Byrne se desinfló muy pronto en la colección, ya que tras cinco números excelentes tanto en guión como en dibujo (posiblemente de los mejores trabajos de su carrera, a la altura de su etapa con los X-Men), los tres números restantes bajan bastante la calidad media del conjunto, aunque no son de ninguna manera despreciables.

El problema como siempre con Byrne es su “extraño” talante, un talante que le hizo abandonar su magistral etapa con Claremont en los X-Men, y posteriormente abandonar Marvel en 1986 y que posteriormente repitió al abandonar Superman y DC Comics, por problemas con el editor Mike Carlin. Aquí, los problemas con Bobbie Chase, editora del título, hizo que abandonara la colección precipitadamente en el número 8 (teniendo preparadas más historias) en uno de sus muchos berrinches.

Una serie injustamente olvidada con el paso de los años y que no ha vuelto a ser reeditada en nuestro país, desde que Forum la publicara en el año 1990. Ahora que Marvel en Estados Unidos ha decidido comenzar a reeditarla en volumenes recopilatorios, sería un buen momento para que Panini se decidiera a editarla en nuestro país para las nuevas generaciones.

La semana que viene, la tercera y última parte del especial Hulka, donde os hablaré del regreso de Byrne a lo que sería su última y definitiva aportación al personaje, en una etapa de 19 números y que fue su canto del cisne al frente del personaje.
