Las películas navideñas, en su mayoría, suelen ser más repulsivas que todo el equipo de La noria dando una conferencia sobre ética periodística. Llenas de absurdeces, simplicidades, finales asquerosamente felices, niños repelentes y Tim Allen, resultan perfectas para antes de pegarse un tiro. Sin embargo, entre tanta bazofia aún asoman pequeñas luces de esperanza. Es el caso de Bad Santa, una obra imperdible para todos aquellos de espíritu perversamente navideño.
¿Ya sabes qué pedir este año?
Dirigida por el genial Terry Zwigoff (Ghost World), producida por los Coen y protagonizada por Billy Bob Thornton (Sling Blade, Levity, Love Actually), la cinta narra la historia del desgraciado Willie Stokes, máxima representación de la escoria social, que cada Navidad se viste de Santa Claus junto con un hombre enano que hace de elfo (Tony Cox) para robar en un centro comercial. Willie es lo más borracho, malhablado, desagradable, guarro, vulgar, machista, fucker de todo lo que se mueva e inhumano que se pueda encontrar en el mundo. Un tipo más acabado que el futuro de Robert DeNiro tras Ahora los padres son ellos.Un día, un peculiar niño gordo, pesado y objetivo fácil de bullying escolar allá por donde pisa, le defiende en una pequeña rencilla y desde ese instante se inicia una curiosa relación de ‘amistad’ entre ambos, dejando entrever que a Willie aún le queda algo de corazón, pero muy POCO eso sí.
Sin duda, lo mejor de esta obra, aparte del aquí inigualable Bob Thornton, es el guión de Glenn Ficarray John Requa (I love you, Phillip Morris) con desternillantes diálogos dignos de ser escritos en la libreta del ‘capullo insociable’. Frases memorables de Santa como “Hueles como el escroto de un indigente”, provocan que la mandíbula se nos desencaje más que a Andy Mcdowell en una clase de risoterapia.
Hay escenas memorables de Thornton repugnando y dando lástima a su vez, una ‘ascopena’ en toda regla. Insultar a los críos que se sientan en sus rodillas, orinarse encima, dar de hostias a unos chavales que no han pasado aún de la pubertad o mirar los traseros de las mujeres descaradamente y babeando más que Jennyfer Aniston ante un contrato cinematográfico, son algunas de las perlitas de su personaje.
Tienen una singular gracia las melodías clásicas que en ocasiones acompañan a ciertos momentos, Nocturno de Chopin o El barbero de Sevilla, entre otras, nos sumergen en un ambiente musical navideño nostálgico y bonito que nada tiene que ver con lo que enseña la cámara, un contexto retorcido y repleto de maldad.
Aunque el film se perfile como una bestialidad y una bacanal de soeces, encierra un trasfondo social importante, aunando en un hombre, Willie Stokes, toda la inmundicia de una sociedad hipócrita que prefiere ocultar con espumillón, lucecitas y pinos los problemas que la asolan. Paradójico que no resulte tan vacua sentimentalmente, sino todo lo contrario.
Bad Santa es, sin duda, una de mis favoritas para esta época del año. Así que, ya sabéis, si odiáis la Navidad, adoráis el humor negro y disfrutáis con el enfoque más perverso de Santa Claus, es una fecha perfecta para ver o revisionar esta adorable película que hará no sólo encender, sino arder vuestro espíritu navideño.