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Recordarán algunos que ya habíamos hecho una escueta pasada por la historia del cine argentino y habíamos reseñado algunos films clásicos de nuestra industria como las maravillosas Pelota de trapo, Dios se lo pague y Elvira Fernandez vendedora de tienda. Hoy continuamos el recorrido- un tanto desordenado en la cronología- en una semana especial de nuestros clásicos pero esta vez no sólo del cine sino también de la Tv. Y qué mejor que empezar por un título cuyo protagonista es el genial actor y realizador asturiano Narciso Ibañez Menta, uno de los mayores referentes del género del terror y misterio argentino; un título en el que participa otro de los grandes en este tipo de films, Nathán Pinzón.Por la década del '50 Narciso Ibañez Menta decide fundar la productora Esmeralda Films (nombre dicen que en honor al color de ojos de su esposa, la entonces Laura Hidalgo, protagonista de este film) y para inaugurarla toma nada más y nada menos que la obra de Nicholas Blake, La bestia debe morir. Nicholas Blake fue el seudónimo del irlandés Cecil Day Lewis, (padre a su vez del actor Daniel Day Lewis) poeta y escritor cuya novela fue adaptada por el propio Ibañez Menta y el director uruguayo Román Viñoly Barreto.
El film abre in media res con un homicidio de un acaudalado hombre (Guillermo Battaglia) que desde la primera escena se nos muestra intensamente desagradable y cruel. El típico ricachón que tortura a medio mundo y al que todos odian por lo cual, como buena historia de misterio que se precie como tal, tendremos a todo un mundo de sospechosos que incluyen al hijastro del magnate, un pequeño de apenas 12 años hastiado de los maltratos que recibe su madre.
Pero a no engañarse, esto apenas abarca los primeros minutos del film. Inmediatamente y en forma de flashback tendremos en realidad la historia central que se nos quiere contar y que no es otra que la de un desesperado padre que ha perdido a su pequeño hijo en un accidente y de cómo meticulosamente va planeando su venganza luego de casualmente (?) haber descubierto quién fue la bestia al volante que lo atropelló y lo abandonó a su suerte una noche en que volvía de hacerle un mandado.
La actuación que nos ofrece Menta es irreprochable, diría que es el que más se destaca, personificando a un demasiado controlado hombre, en apariencia frío y calculador pero que no es otro que un padre que sufre y que no vivirá hasta que no se haga justicia. Por su parte Battaglia como George Rattery y Milagros de la Vega como su madre hacen la contrapartida perfecta; se hacen odiar insistentemente dándole a la obra un dramatismo un tanto rocambolesco pero no por ello ridículo. Nathán Pinzón, el de la famosa risita macabra que tantos cómicos nuestros han emulado, da carácter a Carpax, el socio de Rattery, un hombre cínico e interesado que se perfila como el típico primer s
Cabe destacar que el film tiene unas escenas dramáticas muy bien logradas y que me ha sorprendido -sobretodo pensando en los escasos recursos de entonces comparados con los de ahora- la fantástica fotografía que tiene llena por momentos de claroscuros y contraluces que le dan un aire soberbio.
Si no la vieron, pueden descargarla aquí, vale la pena y diría incluso que es un "must" en la lista de clásicos argentinos. Mientras los dejo con una pequeña muestra de los primeros 10 minutos del film.
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