junio 2, 2013 por Silvia.ssu
Última tarde con la compañía rusa, que deja este fin de semana Madrid, con una Bella Durmiente que tengo que decir, me sorprendió gratamente. Conozco muchos aficionados que no visitan estas compañías, y esto se puede notar en el patio de butacas, ocupado por un público no especializado. Pero, la verdad es que como aficionada al ballet clásico, no tengo ningún reparo en acudir, mientras se represente con amor y respeto a nuestro arte. Por supuesto, seria mejor para la formación del público madrileño ( y por extensión de otras ciudades) el contar con una temporada regular de ballet clásico por una compañía estable, pero de eso no tienen la culpa los visitantes. Cómo ya he dicho alguna vez, la mayor ofensa de estas compañías es la manera en la que son anunciadas, pero eso normalmente no es controlado por ellos, y no creo que nadie se venda cómo ‘una compañía/producción pasable’. Cómo todos sabéis, el Bolshoi es el Bolshoi, y estos bailarines están lejos de ser los mejores bailarines europeos, por mucho que los anuncien así, pero, díganme benévola, pero no me parece un problema ser de tercera (sobretodo cuando nosotros en España casi podemos sólo soñar con grupos de primera fila).
No se suele llevar esta producción, porque necesita muchos medios para ponerla en pie.Tan sólo había visto una Bella Durmiente de este tipo de visitantes una vez, por un grupo llamado Moscow Classical Ballet en el teatro de la Gran Vía. En ese caso, no fue con coreografía de Petipa, sino de los directores del grupo, Natalia Kasatkina y Vladimir Vasilyev. A pesar de que el grupo moscovita tiene bailarines más fuertes técnicamente ( Ekaterina Berezina es la principal más fuerte que he visto en estas compañías), me agradó que esta compañía intentara poner una producción más parecida a la de Petipa. Se cortaron todas las variaciones de las hadas del prólogo y el tercer acto, salvo la correspondiente al Hada de las Lilas, pero, mientras que en Giselle quitaron el paso a dos de los campesinos, para el tercer acto dejaron a los dos gatos, Caperucita y su lobo y la princesa Florine y el Pájaro Azul.
Pero, también es cierto que la Bella Durmiente necesita bastante técnica, por encima del nivel de este grupo. Pero, de las tres producciones que les he visto, creo que fue la que mejor resolvieron, y el aburrido cuerpo de baile de Giselle de la semana pasada bailó por fin con algo más de energía y estilo. Alexander Butrimovich, el principal masculino por fin dio explosividad a sus saltos, aunque haría bien de olvidar ese mal del arabesque a la segunda. El pájaro azul, un altísimo Evgeny Kuchvar se las vio y se las deseó para completar la diagonal de brisses volés. Y Aurora, Olga Grigorieva, tuvo algún problema con los allegros del primer acto.
Las fotos pertenecen al pase de prensa, por lo que podéis ver a los niños de la escuela de Victor Ullate que aparecieron con la compañía este fin de semana. En la función en la que yo estuve no participaron, así que un triste ratón adulto gateaba por las esquinas mientras que un pletórico Timur Kinzikeev centraba la atención como Carabousse, disfrutando de cada histrionismo de la pantomima.