Revista Política

Claves de la derrota del PSC

Publicado el 29 noviembre 2010 por Trinitro @trinitro

Claves de la derrota del PSC
Hacer un post la misma noche electoral siendo un insider y teniendo una implicación emocionalen el análisis de la caída electoral del PSC en estas elecciones autonómicas, seguramente sea una inmensa temeridad. Pero creo que he podido interiorizar “la torta” (sobretodo porqué esta tarde la encuesta de TV3 se terminó filtrando, y ha habido tiempo de asumir la debacle) y he podido estos meses y sobretodo estas dos últimas semanas incorporar aspectos que permiten explicar porqué poco a poco las encuestas daban una clara derrota del PSC y como el resultado final ha sido el que ha sido. Enumeraré algunos de los puntos, seguramente haya algunos estructurales en los que no sepa o simplemente no quiera entrar, ni tampoco me atreva a cuantificarlo (lo que sería genial si alguien tuviera mecanismos para ello).

  • El efecto de la crisis y la falta de mensaje desde la izquierda. La crisis pasa factura a los gobiernos, sí, pero algunos más que otros. La izquierda (española y en menor medida la catalana) ha negado la crisis hasta que era imposible autoengañarse tanto hasta el punto que ha tenido que aplicar medidas que eran impopulares. El problema no es sólo estas medidas (cosa que hablo en el siguiente punto), sino que en general la izquierda europea (y por tanto española y catalana) ha sido incapaz de vertebrar un discurso racional para confrontar la crisis y buscar soluciones y políticas orientadas a combatirla. Hemos ido a remolque ideológico de lo que ha dictaminado la derecha económica, y aunque algunas soluciones puede que tuvieran que pasar por ese aro, el mensaje de la izquierda ha sido de resignación no de planteamiento de alternativas más o menos sólidas (por mucho que a la práctica gobiernos de izquierda han dado soluciones puntuales que no harían gobiernos de derechas).
  • Las políticas erráticas y finalmente de abandono del proyecto socialdemócrata de Zapatero las ha pagado Montilla. La Reforma Laboral, la congelación de pensiones, el recorte de salarios, la anunciada reforma de las pensiones ha tenido un doble efecto en estas elecciones: Montilla era el primer socialista que se ha puesto en el tiro electoral del votante de izquierdas y por tanto ha pagado una parte de las políticas del PSOE (y en parte es corresponsable indirecto, por tanto para algunos votantes un objetivo legítimo para expresar el descontento), y de alguna manera la huelga general y el rechazo social a las medidas lo ha pagado él. Por otro lado esas medidas y la falta de discurso desde la izquierda ha desmoralizado al militante socialista. Muchos de ellos el 29S montaron una huelga general, se han tapado la nariz con pinzas para ir a botar o hacer campaña, han mirado con resquemor las medidas que su partido apravaba y evidentemente, eso se nota en la ilusión que se tiene o no por un proyecto y queramos o no eso se transmite.
  • Acercarte a los independentistas. Para algunos de mis compañeros del resto del estado esto justifica todo el mal resultado. Si te unes a ERC es que te metes en saraos hiperchungos y de ahí a que el electorado te castigue. Sin tener en cuenta que el electorado ha pasado a votar cosas mayoritariamente más soberanistas que el PSC, pero no dudo que una parte del voto de Ciutadans y de la subida del PP parten de ese escenario.
  • El follón de gobernar en coalición. Gobernar con tres programas electorales que han de transformarse en un programa de acción de gobierno pero con tres agendas políticas distintas tiene su coste. A pesar de ello, ¿tan grande es?, quiero recordar que Maragall sufrió mucho más las excentricidades de sus socios de gobierno que Montilla, y parece ser que ese coste ya estaba amortizado en el descenso entre las elecciones del 2003 al 2006.
  • El dominio cultural y del lenguaje de CiU de la política catalana. Ya lo dije, hemos estado jugando a la dialéctica, concepción social y construcción simbólica de CiU y no a la que podríamos haber construido nosotros. Esta es mi causa favorita, supongo por la deformación de sociólogo, o porqué está llena de esos intangibles que siempre nos gusta hablar de ellos en comunicación política. El hecho de que hablemos con su lenguaje, en base a su cosmovisión es un lastre, ya dominan el lenguaje ya dominan el escenario y por tanto movilizan a los suyos antes que tú a los tuyos.
  • La polarización del eje “España – Catalunya”. Hay una lectura que se hace, el eje españolista crece en reacción a la efervescencia independentista. La subida en votos del PP y que Ciutadans se mantenga viva ante semejante pléyade de opciones electorales y consolide su presencia en el Parlament es algo que indica que el voto “españolista” se ha movilizado. Esta campaña se ha conseguido poner más que nunca el proyecto nacional de Catalunya y a pesar que el PSC juega a otra carta no ha tenido ninguna oportunidad de que este eje no fuera el esencial en la mayoría de debates. CiU y Laporta han sabido recoger el fruto de este soberanismo efervescente, y a pesar de que el independentismo político parece que pierda fuerza (los diputados de ERC y SI suman bastantes menos a los que tenía ERC por si sola), el independentismo social está en mejor salud que nunca y eso lleva a condicionar bastante la política y el discurso. Algo que deja al PSC desmantelado: el PSC presenta un autonomismo o un federalismo que dibuja algo parecido a un “techo”.
    Quiero detenerme un poco en este tema. Más allá de la reacción españolista al soberanismo está también que el status quo que defendía el PSC es una postura bastante poco buena de explicar: frente al “queremos la independencia” o “queremos el concierto vasco”, o por otro lado “queremos parar los piés a los independentistas” hay un llamamiento a la acción, una utopía, un objetivo superior por el que luchar, algo que motiva a ir a votar, el PSC planteaba “este Estatut y esta financiación nos parece digna y suficiente”. Algo que no moviliza ni a un niño hiperactivo cargado de cafeína.
  • Un candidato soso y una campaña errática. Montilla es un tipo que es buen candidato cuando las cosas van bien, pero cuesta que cuando ha de dar golpes en la mesa, ha de ser un tío duro que lidie con esos malditos mercados internacionales, con ZP, con la oposición, etc.. aunque es efectivo a la hora de encontrar acuerdos (el acuerdo de financiación es mérito suyo), es un tipo que proyecta poco esa imagen de batallador. Nadie se imagina a Montilla asociada a una imagen de un político que lucha épicamente por sus principios hasta la última gota de sangre. Más bien te lo imaginas como alguien que se ha leído toda la legislación ha encontrado un mecanismo burocrático para conseguir su objetivo y lo presenta y aprovecha. Vamos algo que no llama a la atención y considerando que estábamos ante una polarización de la precampaña en ejes de alta conflictividad y en plena crisis la imagen del candidato no era la mejor.
    Por otro lado nos hemos equivocado haciendo tantos giros de timón con la campaña. Creo que era una buena campaña (la mejor presentación del programa de gobierno, aunque es evidente que por “obra hecha” no te votan), pero algo confusa. Yo mismo a veces no sabía ni cuál era el #hashtag con el que twittear cosas de campaña en una determinada semana y eso que estaba en el ajo de la campaña 2.0. CiU en cambio ha sabido dar una misma línea de campaña más o menos homogénea desde Julio.
  • No hemos sabido (ni PSC, ni ERC, ni ICV, ni PP) hacer que CiU se mojara en nada. Su programa, más allá de algunas contradicciones y barbaridades que se les han colado es un cúmulo de buenas intenciones pero llenas de indefiniciones. Con ello CiU ha logrado mantenerse en el centro, en mostrarse sin aristas y por tanto sin tener que mojarse y sin perder electorado en ello. Los partidos con ángulos y bien definidos rechazan una parte del electorado (¿cómo voy a votar a estos si en este tema X ellos están en contra de lo que pienso?), siempre es mejor, si tienes buena imagen y credibilidad, no despejar la duda de que vamos a hacer realmente y así dejamos que sea el elector que se imagine que es lo que haremos. Eso sólo puede funcionar si ya vas de ganador y además tus rivales no saben hacer que te mojes, cosa que ha pasado.
  • Algunas acciones de gobierno nos pasan factura. Es evidente que hay consellerías que nos han dejado un legado de patatas calientes con coste electoral en el patio de atrás. Por ejemplo, soportar huelgas sistemáticas en el sector de la educación no es gratuito. Hay otras acciones de gobierno, que sin ser “malas” o haber una mala gestión política para poder implementarlas, simplemente son impopulares: zona 80, etc.. Y eso el elector lo hace pagar, y forma parte del desgaste normal del gobierno.
  • No saber colocar los trapos sucios de CiU en la agenda. CiU está pasando actualmente un proceso de sospechas gravísimas sobre sus finanzas, hasta el punto que Artur Mas se ha comprometido a devolver dinero a la Fundació del Palau que habían llegado a manos de la fundación de CDC de forma anómala y amoral, pero ese proceso no le ha desgastado. ¿Cómo lo han conseguido? sacando este tema de la agenda, restándole importancia, banalizarlo, etc.. En este caso el resto de partidos ha sido incapaz de conseguir potenciar esa imagen de corrupción de CiU. Sí, suena feo, y yo como ciberactivista no me gusta entrar en estos temas, pero el electorado no suele apoyar a los corruptos y los castigan.

Por otro lado hay cosas que hemos de plantearnos los del PSC, ¿qué idea de lo que queremos estamos proyectando? ¿realmente el definirnos como “no independentistas y no conservadores” es suficiente? ¿qué tipo de liderazgos hemos construido? ¿qué tipo de partido somos y como lo estamos proyectando?. Yo no abomino de Montilla ni de los 7 años de gobiernos de izquierdas, es más, yo lo reivindico, los considero el mayor desarrollo del estado del bienestar en Catalunya de toda su historia y una etapa en el que hemos conseguido logros importantísimos. Algo que recordaremos de aquí 20 años como una etapa bastante importante y con el legado más positivo. Ahora bien, ¿realmente no es el momento de plantearse críticamente que hemos hecho mal? ¿que es lo que nos ha llevado a no poder dominar nosotros el lenguaje de lo que es importante o no y se lo hemos cedido al rival? ¿que ha llevado a que haya una opinión que “el país no funciona y ha perdido su dignidad? ¿qué postura tendría que haber asumido Montilla en el 10J? ¿hemos sabido atraer talento de fuera del núcleo duro del partido como pudo realizar Maragall en su momento? ¿hemos sabido estar a la altura de lo que espera nuestro electorado en una crisis? ¿tenemos una capacidad de construir un proyecto en plena crisis entendible y creible? Todas estas preguntas son más importantes incluso de quien será el futuro o futura dirigente del PSC.

Y es que estas son las preguntas importantes que tenemos que hacernos antes de las municipales y poder resolver según las respuestas que encontremos porqué después del 28 de noviembre muchísimos alcaldes de mi partido no van a dormir demasiado bien.

 


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