La caída del régimen de Mubarak es consecuencia de un conglomerado de factores. Son los siguientes:
- Ejército: Siempre presente en la vida política del país (el propio Mubarak es militar) fue, a lo largo de los treinta años de mandato, fiel a su presidente. De la misma forma que contribuyó a la larga permanencia de Mubarak en el poder, propició su caída durante las protestas, al considerarlas justas y retirar al presidente su apoyo explícito.
- El antecedente tunecino: Las revueltas previas en Túnez animaron a la población egipcia a seguir su ejemplo.
- El canal de Suez: La posición estratégica de Egipto ha incrementado la trascendencia de la revuelta. Las consecuencias han sido inmediatas: el precio del petróleo se ha disparado durante las protestas. No es casualidad que Occidente se haya mostrado en todo momento muy favorable a la resolución del conflicto.
- Internet y las redes sociales: La utilización de las nuevas tecnologías ha sido un factor esencial a la hora de promover las movilizaciones.
- El apoyo estadounidense: Obama se ha mostrado favorable en todo momento a una transición democrática en Egipto. Estados Unidos había sido siempre un aliado de Mubarak, por lo que su postura es aún más reseñable.
- Arabia Saudí: El estrecho vínculo entre los dos países árabes se fortaleció aún más ante el temor saudí de que las protestas se extendieran a los países del Golfo. Esta alianza, no obstante, no pudo evitar la dimisión de Mubarak.
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