Claves de sol: Despistaos cuenta sus días

Despistaos ha decidido hacer una versión acústica de sus éxitos más conocidos, incluyendo un par de temas inéditos y algunos acompañamientos nuevos como pueden ser los instrumentos de viento. El resultado de esta magistral combinación se llama “Los días contados.”

Dicen de ellos que han cambiado, que ese rock que se dejaba ver en unos primeros álbumes, hoy ha dejado paso a un grupo más “popero” y adolescente, pero, a pesar de que sus grandes canciones, esas que engancharon a su público como “El malo del cuento”, “Evohe” o la más que magnífica versión de la mecaniana “Una rosa es una rosa”, han creado un disco en acústico digno de los más selectos oídos.

Quien los haya visto en directo dirá de ellos que pueden elevar los brazos del más quieto espectador, al igual que sabrá que pueden dejar de lado su mitad acústica para poner en pie a todo su público. Canciones calmadas, con sentimiento y letras emocionantes dejan paso a temas más movidos, enérgicos y disparados al cerebro.

“Los días contados” introduce versiones acústicas de sus canciones más conocidas a nivel del público convencional que les ha conocido a través de la radio, dejando un poco de lado esas grandes canciones que antes mencionaban y que fueron las que se ganaron el corazón de sus seguidores originales a quienes conquistaron por medio de un rock fresco y joven.

En el disco, encontramos incorporaciones de viento a temas que no creíamos posible hacer ningún añadido, y nos encontramos también con un par de colaboraciones, la de Dani Martín, popero por excelencia con voz melosa que puede llegar a encajar en la canción “Hasta que pase la tormenta”, y la de María Villalón en “Hasta las doce” donde, para mi gusto, la voz de la cantante no tiene mucho que hacer llegando incluso a sobrar en ciertos momentos del tema.

¿Las joyas del disco? Para mí, tres. Una, indudablemente, “#todosparauna” la canción creada en conjunto por todos los seguidores de Twitter que estuvieron presentes en aquella Twitcam y que enviaron sus datos. La segunda, “Un beso y nada más” donde, por fin, nos encontramos a su creador, Krespo, despojado de su guitarra, con una tímida mirada nerviosa, y una voz que revive a la perfección el momento en el que fue escrita esta canción. Y, por último, “Menos”, donde el acompañamiento de viento se hace el protagonista absoluto.

No lo niego, Despistaos ha cambiado; quizás por pura evolución y por ese poco miedo que tienen a un nuevo estilo. Puede que hayan dejado el inicio rockero, pero quizás son sus propias influencias las que han hecho inevitable este cambio. Sin embargo, que un grupo como este haga un disco como así es más que sorprendente. Han llegado a la perfección en acústico y ahí es donde más se la juega un grupo primordialmente eléctrico como ha venido siendo Despistaos. Mi más sincera enhorabuena.

Miriam

Soy una chica leonesa que ha tenido que irse a Valladolid para cumplir su sueño, hacer periodismo. A pesar se ser este mi primer año de carrera, tengo el orgullo de ser colaboradora de Ruta 42. Por lo demás no hay mucho que contar, toco la guitarra, me gusta el rock y devoro todo tipo de literatura, especialmente la poesía.

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