Tras cuatro años de parada musical, los frescos y dinámicos navarros Dikers, liderados por Luis Piedrafita, vuelven al panorama de un estancado rock estatal con “Casi nunca llueve”, un magnífico disco que nos muestra unos nuevos compañeros para el hijo del Barricada, Sergio Izquierdo a la batería y Ubaldo Puente al bajo.
El disco lo abre “Absurda realidad”, una canción enérgica, pegadiza, sincera que muestra una desconfianza social marcada con un claro desengaño existencial. Al más puro estilo Dikers. Quizás incluso se trate de la canción que debería haber sido elegida single en lugar de “Corazón de trapo” que, no obstante, penetrará en nuestro tímpano gracias a un primer acompañamiento en piano que derivará en rítmicas guitarras también presentes en “Dos pasos”.
Tras estos contundentes temas, nos encontramos con la canción más poética de todo el álbum y la que puede ser la más importante. Tan importante como para ser la encargada de compartir su nombre con todo el trabajo, “Casi nunca llueve”. Poética debido a que, sobre la simple y aún así conmovedora melodía de Iker, un dulce Kutxi Romero presta su puño para encargarse de la redacción de la letra.
Y cuando ya el disco nos había ido enganchado paulatinamente, llega la primera joya del disco, “Circo ambulante”, en la que nos encontramos con un nuevo registro vocal en falsete no mostrado hasta ahora por Iker y con las trompetas de “El Pirata” de “Los del Gas” que también podemos apreciar en “Lo que queda atrás”.
Dikers (Extraída de www.dikers.com)
No obstante, la colaboración estelar no llegará hasta que comience a sonar “Tan difícil de engañar” y vendrá de la mano del padre del vocalista, el magnífico Alfredo Piedrafita de Barricada, que se marcará el que probablemente sea uno de los mejores solos de guitarra de todo el álbum. Aunque el encargado de cerrar el espacio de colaboraciones será Fredi Piedrafita que se atreverá a rapear en “El temporal”, que se revelará como la más sorprendente canción del disco, combinando rap con rock.
Sin embargo, Dikers también tiene un espacio reservado para ganarse lo más profundo de nuestros corazones a base de baladas, como es “Nada” que se clava como estaca en nuestro cerebro repitiéndose constantemente a la par que eriza nuestra piel y que deja claro “que todo lo que escribe en un papel nunca se podrá olvidar”.
De este modo, entre los impresionantes temas mencionados y alguna que otra rotunda reafirmación de su elevada posición en cuanto a calidad musical se refiere, llega el colofón final de la mano de “Mil bocas sin nombre”, que se antoja como el perfecto final a un disco rotundo y que nos muestra que ha hecho un disco capicúa, que da igual por qué parte comiences, siempre te parecerá impecable.
Enhorabuena, Piedrafita, has creado el mejor disco de Dikers. Has elegido a la mejor formación instrumental y a los perfectos colaboradores para que el disco saliera redondo. Has sabido escribir y, lo que es más importante, has sabido transmitir lo escrito. Pero, sobre todo, has sabido resurgir tras cuatro años que, realmente, han merecido la pena.
Miriam
Soy una chica leonesa que ha tenido que irse a Valladolid para cumplir su sueño, hacer periodismo. A pesar se ser este mi primer año de carrera, tengo el orgullo de ser colaboradora de Ruta 42. Por lo demás no hay mucho que contar, toco la guitarra, me gusta el rock y devoro todo tipo de literatura, especialmente la poesía.
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