Revista Cultura y Ocio

Claves de sol: Duendes que mandan besos desde desvanes

Publicado el 09 febrero 2013 por Ruta42 @ruta42

besos de cabra

El surrealismo ha llegado, o al menos así lo anuncia una berenjena al más puro estilo hipster que nos manda “todos los besos del mundo”. Y con ellos, de la mano del surrealismo y la berenjena besucona, El desván del duende se instala en nuestro estado anímico.

Así, mediante sus cariñosos “Besos de cabra”, los ocho componentes de grupo harán que saltes a bailar desde el minuto cero y que no te sientes hasta que hayas realizado dos o tres escuchas consecutivas del que es su tercer disco de estudio.

Villancicos en mayo” es la canción encargada para abrir el disco y, realmente, no se puede imaginar un comienzo mejor. Rumba mezclada con un saxofón que hace que este estilo se vuelva más elegante de lo que estamos acostumbrados a escuchar. Calidez, al fin y al cabo, es lo que transmite esta primera canción en la que el grupo se acuerda hasta del más mínimo detalle de nuestra actual sociedad. “Delinqüentes y poetas” sigue más o menos esta línea, acentuando las guitarras, eso sí.

La alegría sigue, y por ello, con un poco más de ritmo llega “Pasta entre los dientes”, esa canción pegadiza que todo disco tiene que tener, una oda al amor, al darlo todo porque sí, al querer incondicionalmente, del estilo de otras canciones del álbum como “Qué te daría yo”, por ejemplo.

El desván del duende (Imagen promocional)

El desván del duende (Imagen promocional)

Una nueva línea se inicia con “De orilla a orilla” o “A los pies de la luna”, más flamencas sí, pero cantadas con una cálida voz femenina que logra romper con la cadencia de una voz masculina que ha venido marcando las primeras canciones del álbum, y que se desarrollara por la mayoría de las demás.

Y así, en este esquema caracterizado por romper la monotonía con la inclusión de voces nuevas que quizás nadie se esperaba, nace “Sabor de rumba”, un alegato a vivir libremente la vida, con la colaboración de El puchero del hortelano.

Poca gente se atreve a hacer lo que estos extremeños hacen, y es que estamos demasiado acostumbrados a relacionar crítica social con rock y rumba con cuatro flamencos bailando en una plaza. Pero, de vez en cuando, alguien nos rompe estos estereotipos y, sencillamente, nos enamora. Este es el caso de El desván del duende, que critica todo lo que hay que criticar pero se atreve a hacerlo con un supremo buen rollo que hará imposible que nadie se sienta ofendido.

Claves de sol: Duendes que mandan besos desde desvanes

Miriam

Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo, directora de Ruta 42 y redactora en La Encuadre.

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