Dicen que la cara es el espejo del alma, al igual que el título de un disco es el reflejo sobre el espíritu que el álbum trae consigo. Es por ello que si un buen día llegan los Benito Kamelas con un nuevo trabajo titulado “Buenas energías”, el optimismo estará más que garantizado.
El séptimo disco del grupo valenciano llega cargado de energía positiva, con temas hechos por y para un mayúsculo directo, a sabiendas de que encajarán perfectamente con el resto de temas que su discografía recoge. Con un épico comienzo, “Soy” arranca el disco, al igual que arranca mil y una sonrisas y ganas de continuar con a escucha.
Pero cuando el buen rollo se hace canción es cuando salta en nuestro reproductores “Buena energía”, merecida homónima del disco, que trae por bandera la alegría pura, felicidad y, cómo no, conocimientos musicales suficientes como para hacer un rock maduro cargado de sonidos jóvenes, al igual que se demuestra en “Despierta”, donde tienen cabida unas bonitas palabras de valentía para quienes se ven necesitados de libertad.
Sin embargo, a pesar de que el buen rollo está presente en las canciones propias del grupo, una de las mayores sorpresas llega en forma de versión con la réplica de “Penélope”, más que conocidísima canción de Joan Manuel Serrat que, a pesar de no poseer un gran aire renovador, sí que demuestra que no hay altura a la que los valencianos no puedan llegar.
Benito Kamelas (Fotografía Miriam Badiola)
“La guarida de los gatos”, introducida por un melódico punteo se convierte en la balada al más puro estilo Benito Kamelas que el disco reclamaba a voces. Un tema lento, cálido, íntimo, sencillo a la par que complejo en el momento en que deciden incluir, como novedad, un saxofón que endulzará, aún más, los paladares para aumentar el ritmo con la incursión de la guitarra eléctrica y la batería.
Entonces, justo cuando crees que es imposible que tu estado anímico mejore, llega “Contra viento y marea”, con una adrenalina benitera que te hará sonreír indudablemente al saber que hay cosas que nunca cambiarán. Es la canción dedicada, cómo no, a la amistad, tema al que con frecuencia el grupo recurre para crear cortes tan realmente adictivos como aquel ya veterano “Aquellas cosas que solíamos hacer”.
Así, “Sin gluten”, canción introducida por una dulce voz infantil cierra, con una voz surgida de las más sinceras sonrisas, de forma perfecta lo que ha sido el disco más optimista de toda la discografía de la banda, que hará que desees con todas tus fuerzas contagiarte de ellos y acudir a un esperado directo.
Miriam
Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo, directora de Ruta 42 y redactora en La Encuadre. Guitarrista vocacional.
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