Revista Empresa
Es fácil escuchar las historias donde se te ocurrió alguna idea de negocio, empezaste en el garaje de tu casa o acondicionaste el cuarto de servicio de tu departamento como tú “oficina corporativa” e iniciaste tu negocio. Seguramente pensaste, porque así lo leíste, que con algunos tímidos resultados y con algo de suerte en unos cuantos meses a lo mucho estarías listo para recibir una gran cantidad de influjo de dinero proveniente de inversionistas que acaban de darse cuenta de lo que se perdían al no invertir en tu negocio.La cruda realidad es que finalmente eso no suceda. Claro, están los inversionistas semilla y las aceleradoras de negocio que bien podrían ayudarte en conseguir un crédito (no capital) para iniciar con las operaciones fijas de tu negocio o algo de inversión a cambio del 85 % de tu negocio (un problema de mentalidad recurrente entre los inversionistas latinos digno de tocar en un blog diferente). Igual tampoco tienes tanta suerte y como el 95 % de los emprendedores tendrás que auto financiar tu propia idea, al menos en un inicio.Aun en el bootstrapping (como indica el termino anglo) se requiere tener una mínima visión de que es lo que se quiere lograr, ya que el poner tu propio dinero en tu negocio hace que tus opciones y tus acciones sean puntualmente estrategias: no puedes equivocarte y tienes que generar tracción de manera inmediata si es que en algún momento se te acaban los ahorros o la tía preferida no puede ya conseguirte más dinero. Entre las claves principales a considerar se requiere:
a) Flujo de Efectivo: es clave enfocarse en el flujo de recursos a la empresa. Si tal vez estas a punto de venderle tu servicio a Cinepolis o Liverpool o distribuir tus tacos en el Seven Eleven, pero todas esas negociaciones requieren meses de aterrizar y otro más de tiempo en empezar a recibir el dinero. Enfócate antes en negocios más pequeños, donde el ciclo de venta se acorte rápidamente y te de un flujo de efectivo que te permita pagar tus recibos y continuar con la operación. Las ventas grandes vendrán después, primero hay sobrevivir.b) Proyecciones Conservadoras: Es fácil suponer que un mercado de 4 millones de empresas podrían interesarse en mi servicio o producto, de ahí tal vez un 10 % (no suena mucho) podría realmente pagar por mi producto en tiempo, etc. Ese tipo de análisis nunca se da en la realidad. Proyecta escenarios realmente conservadores y reales, de ese modo siempre estarás preocupado por ver dónde viene el próximo pago y estarás mejor preparado para un escenario hostil. Es fácil dejarse llevar por cuentas alegres pero al final no te llevan a ningún lado.c) Funciona como un Consultor: Si estas desarrollando un producto siempre puedes conseguir recursos para sostenerte si agarras el rol de Consultor, esto te dará contacto con algunos clientes y podrá ayudarte a tener retroalimentación verdadera del producto por parte del cliente (e iterar y mejorar el servicio). Al mismo tiempo te permitirá tener recursos adicionales por parte de la consultoría en lo que puedes seguir invirtiendo recursos en tu producto o servicio. No hay nada malo con hacerlo, decenas de gente lo hacen todo el tiempo.
Sin duda hay otros cientos de factores de manejar el autofinanciamiento pero todos tienen que basarse en ideas y escenarios reales y conservadores. Siempre tomar en cuenta que el primer y único objetivo es sobrevivir financieramente, el crecimiento vendrá después. También es clave entender que es una etapa transitoria y que en algún momento se deberá establecer si conviene o no tener recursos adicionales.
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