Saltarse la toma de medicamentos en un tratamiento puede traer consecuencias. Desde el despilfarro sanitario en cuestión económica, hasta el riesgo para la vida. Se ha demostrado que el riesgo de sufrir un ictus, por ejemplo, se reduce en un nueve por ciento entre los pacientes que cumplen las normas de administración del medicamento que les han sido dadas.
¿Cómo mejorar el cumplimiento de los tratamientos?
Fijar pautas sencillas y accesibles. Debe buscarse la comodidad en el sentido de que el paciente no tenga que transformar en exceso sus pautas de vida, y que le sea posible compaginar las tomas diarias con sus actividades cotidianas, por ejemplo asociarlas a una comida o a otra actividad.
Motivación Se busca la motivación del paciente mediante fichas o tarjetas de autocontrol, programas personalizados, seguimiento de mejora, o mediante al aprendizaje de técnicas en el manejo de aparatos como tensiómetro, pluma diabética, etc… Puede fomentarse también la recompensa en caso del cumplimiento óptimo del tratamiento, mediante la felicitación, o el reconocimiento del esfuerzo que ha supuesto someterse al mismo.
Establecer sistemas recordatorio. Se trata de utilizar la tecnología mediante el uso de sistemas de aviso que distribuya alertas al móvil del paciente. También se incluyen sistemas individualizados de dosificación.
Eficiencia en el control. Se busca una eficacia mayor respecto a la organización administrativa y la programación de citas, incluso de recordatorios al paciente, con lo que se evitarían costes por repetición y olvido.
Educación. Promover la educación al paciente para que mediante la información sea capaz de prevenir y tratar su enfermedad de forma más eficaz.
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