Revista Opinión

Cleopatra, La Felatriz

Publicado el 30 septiembre 2018 por Carlosgu82

Cleopatra es una de las figuras históricas más envueltas en las nieblas del mito y una de las más grandes “divas” de las feminazis. Por un lugar, tienen razón en admirarla, pues Cleopatra fue una verdadera excepción en su género y en su época, donde las mujeres vivían en la más total ignorancia. Era sumamente inteligente, para llegar a dominar siete lenguas distintas y muchos dialectos derivados de estas. Tenía un alto grado de astucia diplomacia y política y se rodeada de grandes intelectuales que la ayudaron a convertirse en una gran erudita de su tiempo.

Cleopatra, La Felatriz

Pero también era un de las personas más detestables de la historia, una asesina despiadada que incluso asesino a sus hermanos para asegurarse un trono que no le pertenecía. Perseguía e exterminaba a aquellos que se le opusieran y su propio pueblo la despreciaba por literalmente, regalarle Egipto a los romanos, con tal de conservar un mendrugo de poder.

Pero lo que no saben o prefieren ignorar y si lo saben, lo ocultan, es que Cleopatra era un enorme, gran P.U.T.A, una ninfómana insaciable que hizo de su cuerpo un arma caliente para conseguir sus propósitos. Sabiendo que una de más mejores y más eficaces formas de dominar a un hombre es por medio del sexo, desde muy niña fue a instruirse con las mejores prostitutas de su nación.

Con ellas fue con las que aprendió el arte de dar cosquillas bucales, uno de los mayores placeres a los que un buen hombre puede aspirar. Se convirtió en la mejor felatriz (experta en el sexo oral) de su época. Su insaciable apetito sexual la convirtió igualmente en una de las mejores amantes de la época, ante la repulsión de sus compatriotas, que la llamaban de forma humillante “Merichane (la de la boca abierta)” , “La boca de los diez mil hombres” y  también  “Chelion (la de los labios gruesos)” debido a su increíble vicio. El único hombre que no cayó en sus mortales encanto y, muy por el contrario, fue ella la que arrastraba las cobijas por él, fue el gran Julio Cesar, un macho alfa que la redujo de ser una orgullosa reina a su meretriz personal, exprimiéndola y manipulándola para hacerse del poder de Egipto sin derramar casi sangre.

Cleopatra, La Felatriz

Pero Cleopatra sabía que tenía que ganarse el favor de los demás romanos, así que, como buena trepadora, supo que tenía que volverse la mujer de todos para lograrlo. Y la forma en que lo hizo la sabemos gracias a Heródoto, un historiador que al parecer tenía una mórbida fascinación por la Cleo y sus aventuras sexuales.

Relata el chismoso que Cleopatra invito a los cien mejores y más poderosos hombres de Julio Cesar, cien generales que llegaron a una fiesta casi clandestina, donde los guerreros fueron agasajados de forma soberbia, pero lo que no sabían es que el platillo principal seria la propia reina egipcia.

Cleopatra, desnuda, hizo pasar uno a uno a los soldados para posteriormente darles una soberbia felación, pero, cuando estaban a punto de eyacular, recogía el semen en una copa de metal precioso. Así, después de darle placer a todos y cada uno de los presentes y llenar la copa de fluidos masculinos, en el centro de la sala, orgullosa y lubrica, alzo el envase y bebió ante los aplausos  de su enfebrecida concurrencia todo el contenido.

Esta orgía llego a oídos de Cesar, al que poco le importo, pero también al de los egipcios, que aborrecieron más a su temida soberana y a la de los romanos, que se llenaron de repulsión ante esta salvaje hembra.

Cleopatra, La Felatriz

Así es amigos. Desde hace décadas las feministas han idolatrado el mito de Cleopatra, poniéndola en el pedestal de mujer poderosa e independiente, haciendo de lado el hecho de que mucho de los que logro fue a base de crímenes y asesinatos, de traiciones y corrupciones pero, sobre todo, que era una mujer que usaba su cuerpo como un objeto para conseguir sus fines, lo que, supuestamente, más odian las hembristas. Cleopatra sabía que en su condición de mujer nada lograría si no se convirtiera en la consorte de poderosos, que su nivel de vida solo se conservaría permaneciendo a la sombra de un hombre, cosa que lo consiguió por un tiempo.

¿Cleopatra, ídolo feminista? Solo para aquellas que no han leído su biografía.


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