La segunda intervención de Financial Pacific, en 2014, terminó con una liquidación llena de tropiezos. El más importante ha sido la falta de información que ha impedido el rastreo del dinero que se invertía a través de la casa de valores. LA PRENSA/ Archivo
Parece insólito, pero es el nuevo escenario de Financial Pacific: fondos cuyos verdaderos dueños no dan la cara. Un año después del inicio del proceso de liquidación forzosa y de detectarse a varios titulares de sus cuentas, todavía se desconoce la totalidad de los clientes y el dinero que cada uno tenía en la casa de valores.
La explicación detrás del suceso es seguir en el anonimato, aunque les cueste miles de dólares, a cambio de no pasar por el escrutinio de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) y el liquidador de Financial Pacific, que está en la obligación de hacer el due diligence o investigaciones de la procedencia de los fondos.La base de datos de la firma de valores fue destruida de forma deliberada, por lo que el liquidador no le puede seguir el rastro a todo el dinero que desde esta empresa se invertía.Fuentes cercanas a este proceso han adelantado que con seguridad habrá activos que no serán retirados.De hecho, se pudo conocer que en la SMV evalúan cuál figura legal pueden utilizar para salvaguardar los fondos sin dueño. Posiblemente, el dinero sea depositado en un fideicomiso, y si los bienes se quedan inactivos por más de cinco años, entonces pasarán de forma automática a las arcas del Estado.La SMV ha podido reconstruir parte de la información de las operaciones de Financial Pacific gracias a los reportes suministrados por empresas relacionadas con las operaciones, como es el caso del corresponsal Bank Audi, en Suiza.La cuenta High Spirit, en la que figura como beneficiario y firmante Aaron ‘Ronny’ Mizrachi, cuñado del expresidente Ricardo Martinelli, se abrió en marzo de 2010 con varios depósitos procedentes del Bank Audi de Suiza, pero no se identificó qué persona o sociedad enviaba los fondos. En este caso en particular, la SMV detectó la entrada y salida de dinero que no correspondían a la actividad de una casa de valores, por lo que denunció la posible comisión de delitos financieros y blanqueo de capitales.Los fondos que recibía High Spirit, algunos de procedencia desconocida, se utilizaron para comprar acciones de empresas como Petaquilla Minerals e Inmet Mining.Transacciones muy parecidas a las de High Spirit, y de forma mucho más expedita, se hubiesen podido hallar si la base de datos de Financial Pacific no se hubiera borrado por completo.La casa de valores fue intervenida el 2 de julio de 2014 a las 2:45 de la tarde, y cuatro horas y media después, las bases de datos denominadas “Desa” y “Prueba” desaparecieron de los archivos de la compañía.Ello ocurría en el preciso momento en el que los interventores se disponían a iniciar la tarea de auditar cada movimiento de la empresa.Aproximadamente a las 7:40 de esa noche del 2 de julio, dos individuos ingresaron a la Torre BBVA, ubicada en avenida Balboa, y en ese momento la seguridad del edificio se percató de una actividad sospechosa en el piso 23, justo donde estaban ubicadas las oficinas de Financial Pacific.Con un computador portátil, las dos personas conectaron el equipo a unos cables ubicados en un cuarto de máquinas, donde se encontraban los servidores de la empresa.Posteriormente, se identificó a Marcelo Kazuhiro –responsable de tecnología– como una de las personas que bloqueó los sistemas de la empresa aquella noche del 2 de julio.Por este caso, Kazuhiro (de nacionalidad brasileña y requerido por Interpol) enfrenta una querella por el delito contra los derechos de seguridad informática en perjuicio de Financial Pacific.El proceso de intervención que tenía como fin primero la reorganización de la empresa, terminó con la irremediable liquidación en agosto de 2014. Nada cuadraba. Había desajuste entre las cuentas de los clientes y los saldos bancarios.Financial Pacific devolvía activos a sus clientes a través de cheques que eran rechazados por insuficiencia de fondos, y las cuentas de inversión se abrían sin completar la documentación exigida.A poco más de un año de iniciada la liquidación de la casa de valores, continúan los hallazgos, aunque todavía falta mucho.Mientras ocupaba la Presidencia de la República, Martinelli, sus familiares y socios compraron acciones de la canadiense Petaquilla Minerals. La SMV pidió a la Corte Suprema de Justicia que investigue lo que, a su juicio, es una asociación para configurar una conducta criminal, utilizando información confidencial para sacar un provecho económico.Todavía está por verse el monto del dinero que no será reclamado, porque inculparía a clientes cuyos registros no han sido recuperados.