David Brooks.- La secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, dijo hoy al presentar el informe anual de derechos humanos que estos reportes sobre 199 países y territorios "dejan claro ante los gobiernos del mundo que los estamos observando y los estamos haciendo asumir responsabilidades. Y dejan claro a ciudadanos y activistas en todas partes: no están solos, estamos con ustedes".
Clinton dijo que 2011 fue "un año especialmente tumultuoso y notable para todos los involucrados en la causa de los derechos humanos". Señaló que muchos de los actos de mayor perfil, "desde las revoluciones en Medio Oriente hasta las reformas en Birmania, empezaron por los derechos humanos con el llamado claro de hombres y mujeres en defensa de sus derechos universales". Indicó: "estamos apoyando esfuerzos alrededor del mundo para darle a la gente una voz en sus sociedades, un interés en sus economías y apoyarlos, mientras determinan por sí mismos el futuro de sus vidas y las contribuciones que pueden hacer al futuro de sus países".
En este ejercicio anual en que el gobierno de Estados Unidos emite su informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo -con poca o nula autocrítica y aparentemente sin conciencia de que al hacerlo se propone como juez mundial sin que nadie se lo pida-, se afirma que cuando los derechos humanos son violados o amenazados por las autoridades, el resultado frecuente es: conflicto político e inestabilidad.
Michael Posner, secretario asistente de Estado para Derechos Humanos, escribe en la introducción del informe -2011 Country Reports on Human Rights Practices- que los "levantamientos ciudadanos" en Medio Oriente y norte de África han tenido "réplicas" alrededor del mundo con "millones de ciudadanos en muchos otros países que expresan su insatisfacción con gobiernos que fracasan y no ofrecen resultados a sus pueblos. Sea en grandes movimientos o actos pequeños, pueblos del mundo se ponen de pie en demanda de sus derechos universales, dignidad, mayor oportunidad económica y participación en el futuro político de sus países".
En el informe, Posner señala que la protección de derechos humanos y libertades fundamentales "asegura que las negociaciones sobre el futuro de un país se realicen sin temor o intimidación y que fuerzas antidemocráticas no sofoquen la participación política genuina". Agregó que donde "los derechos humanos son consistentemente abusados o amenazados por autoridades o por grupos criminales, sectarios u otros no democráticos que gozan de impunidad, el resultado frecuente es conflicto político, contracción económica y desestabilizacion", mientras en países donde hay lo opuesto, hay mayor estabilidad y seguridad. "El respeto por los derechos humanos construye la estabilidad política" y ofrece las bases para la democratización y mayor seguridad a nivel nacional y global, afirma.
Concluye que las grandes transiciones que proceden en diversos países muestran que "la opción real no es entre estabilidad y seguridad, sino entre reforma y disturbio".
Ante tendencias "esperanzadoras", Posner también señala algunas preocupantes, incluidas mayor restricción de libertad política y electoral, mayor imposición de medidas constitucionales antidemocráticas y restricciones a libertad de expresión y asamblea, entre ellas Internet, e intimidación a los medios. Subrayó el uso de nuevas tecnologías de información y comunicación para apoyar y nutrir movimientos democráticos, pero también el uso de esas mismas tecnologías por regímenes para espiar y controlar a esos movimientos.
América LatinaEl informe destaca los casos de México, Cuba, Honduras, Venezuela y Nicaragua. En el caso de México y Honduras, subraya los contextos de violencia generada por el crimen organizado y problemas ligados con la corrupción por la influencia de estas fuerzas delictivas. Pero en los casos de los otros tres países, como en todos los informes anteriores, se enfatizan las condiciones políticas promovidas por regímenes que son críticos y/o opositores al gobierno de Estados Unidos (aunque este factor no se menciona).
En el caso de Cuba, se afirma que el gobierno "continuó su represión sistemática de derechos humanos y libertades fundamentales". Acusa que el gobierno organizó a pandillas "con la intención de intimidar a grupos de oposición, sobre todo las Damas en Blanco".
Sobre Venezuela, afirma que hubo una "concentración acelerada de poder en la rama ejecutiva" y que el gobierno emprendió acciones para impedir "libertad de expresión y criminalizar la disidencia".
Nicaragua es utilizado como ejemplo de países que se volvieron menos libres. En ese país, afirma, "irregularidades extensas en el proceso electoral fueron un revés a la democracia y minaron la habilidad de los nicaragüenses de hacer que su gobierno rinda cuentas".
El informe se puede ver en: state.gov/j/drl
Así, el gobierno del país con más población en cárceles del mundo, donde durante los últimos meses se ha mostrado un nivel de represión a veces violenta de la policía en manifestaciones pacíficas de Ocupa Wall Street, donde organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales han criticado la impunidad de los responsables en el gobierno de tortura y desapariciones en la llamada guerra contra el terror, donde es continua la violación de los derechos de los inmigrantes y de las comunidades indígenas, donde se presentan casos legales y denuncias por la falta de transparencia oficial y por la supresión de libertad de prensa, donde es mayor el espionaje doméstico a ciudadanos, hay supresión del derecho de libre asociación y derechos sindicales, denuncias por la falta de garantía de sufragio efectivo, y acusaciones de violaciones de derecho internacional (en casos de pena de muerte, en asesinatos políticos en el extranjero, en el mantenimiento de cárceles clandestinas), se congratula por ofrecer esta evaluación anual sobre los derechos humanos en el resto del mundo. [Periódico La Jornada]