Es difícil hablar de una película que todo el mundo esta comentando, para bien y para mal, y no precisamente porque sea una mala o buena película, creo que eso es lo de menos, sino porque lo que nos cuenta lo hace de una manera que muy posiblemente hacía años que no veíamos en una sala de cine, mayormente el público “comercial” que no esta familiarizado con este tipo de narrativas. Y es que Cloud Atlas aterriza en las salas de nuestro país en una temporada muy particular: Navidad y Año nuevo. Curioso porque son épocas familiares y cintas como Una aventura extraordinaria o Lo imposible van más acorde con los gustos del visionado. Es por ello que cuando acudí a ver esta particular película, en familia, mi experiencia fue muy curiosa.
Para los que no estén al tanto, Cloud Atlas esta basada en la novela del mismo nombre escrita por David Mitchell y publicada en el 2004. La historia sigue, a través de seis épocas diferentes, la vida de diversas personas que se unen por pequeñas acciones en el pasado, presente y futuro. Cada gesto de humanidad o un crimen atroz como tal, repercutirá en la siguiente historia, y así sucesivamente. Todas las historias estarán unidos por factores claves como lo son: Amor, amistad, familia, esperanza, fe, coraje, libertad, muerte y nacimiento. Como bien podrán intuir, el contar una historia como esta en imágenes y en sonido, es una labor titánica y suicida por donde se le vea. Principalmente porque lo que bien podría funcionar en un libro, propenso a extenderse indefinidamente en páginas y letras, en una película tiene un enemigo mortal: El tiempo. Y este audaz experimento lo sufre, y vaya manera de sufrirlo.
Los encargados de darle vida a este trabajo imposible son tres directores, y creo que fueron hasta pocos. Los hermanos Wachowsky, responsables de la trilogía Matrix, y Tom Tykwer, director de Corre Lola, corre, fueron los valientes. Los tres, visto las peripecias que sufrieron, deseaban trasladar la obra de Mitchell al cine, tanto fue así que pusieron dinero de sus bolsillos y tocaron infinidad de puertas para poder producir una cinta de proporciones épicas. Habiendo visto el trabajo terminado, y con críticas en su mayoría negativas en EUA, me resta decir que no me lleve ninguna sorpresa. El resultado es el que esperaba, y lo explico.
Cuando recién salió el hermoso y formidable trailer, se los dejo al final del post, por allá del mes de Octubre, de una duración de poco más de cinco minutos, medio mundo quedo alucinado con el trabajo que esta ese momento todos desconocían. Hubo un sentimiento de emoción, es quizás el mejor trailer en años, pero igualmente hubo una sensación de posible decepción. Y es que lo que funciona en pocos minutos, y con mejor ritmo, es poco probable que funcione en casi tres horas de duración. Y no se equivocaron los que pensaron, al igual que yo, ese posible mal augurio. El problema del cine actual radica casi su totalidad en no poder contar una historia de, pondré un ejemplo, personaje A conoce a personaje B. Inicia la película y A se enamora de B, pero aparece C para cagar la vida y las cosas dan un giro. Fin. Se acabo. Esa es la premisa básica del cine comercial romántico (por poner un genero al azar). ¿Entonces por qué falla? Fácil. No saben contarnos, a nosotros público, algo nuevo, algo que valga la pena, algo que nos emocione y que compenetremos con ellos. Ahora imagínense tener no a tres personajes, sino alrededor de veinte.
Cloud Atlas falla debido a que lo que cuenta lo hace de una manera desastrosa y muy apresurada. La gran mayoría de gente que la defiende argumentando que la edición o montaje es excelente, poca idea tienen de lo que significa eso. La edición es una parte fundamental e igualmente importante a la hora de realizar cualquier película, es básica. Si películas, por mencionar ejemplos famosos, como Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos o Amores Perros han funcionado, no es debido a su edición, que es fantástica, sino su éxito se debe en gran parte a que saben lo que quieren contar de principio a fin. Hacer una edición como la que vemos en Cloud Atlas es algo terrible, pues no solo confunde al público en general, sino que hace que el mismo pierda interés en la historia, que dicho sea de paso, es muy interesante. Esto también provoca comparaciones entre las diversas historias, unas mejores que otras y en la participación de los actores, irrelevantes en algunas. Mi hermana me comentaba algo muy cierto: “La película hubiera sido mejor si nos hubiesen contado las diversas historias, cada una, desde un inicio claro y no andar haciendo experimentos como empezar por el clímax o el desenlace”. No es broma, eso dijo, y no podría estar más de acuerdo. Y creo que esa es la sensación que el público tendrá y que provocará, lo puedo comprobar, que se quedan hasta el final del visionado.
He visto cintas en que a la mitad de la película la gente huye despavorida, este no fue el caso y la razón, como comentará mi compañero Cristóbal es muy clara: morbo. Al no entender en su totalidad lo que te están vendiendo en la pantalla, la primera reacción del público es esperarse hasta el final, pues es ahí donde todo se terminara y te aclararan todas las dudas que tenías. ¿No? En parte sí, aunque el mejor cine no es aquél que al final te da un repaso de lo que viste, sino que te lo reafirma. El final de Cloud Atlas podría ser todo lo que el público espera: Una respuesta. Pero viene una debacle aún peor. ¿Era necesario habérmelo contado de esa manera y explayarse excesivamente en duración? Bien pudieron contar la misma historia en hora y media y con las historias en forma lineal. Una cosa es innovar y ser audaz, y la otra es ser incompetente.
La idea central de la película es clara, y no es spoiler, se trata de “actuar” como tal e intentar cambiar el mundo. La primera historia desencadenara una serie de eventos que harán que todos los demás personajes de las restantes cinco historias sufran. Eso es todo. De hecho los protagonistas en casi todas las historias son los mismos, algo muy divertido, aunque algo bizarro. Es así como actores de la talla de Tom Hanks, Halle Berry, Hugo Weaving, Jim Broadbent, Jim Sturgess, Doona Bae, Ben Whishaw, Susan Sarandon y Hugh Grant, entre otros, harán una pasarela de disfraces muy poco convencionales que les sacaran una que otra risa por ahí. En el reparto no tengo queja, ni mucho menos en el apartado visual, un goce, aunque si tengo problemas con la falta de música más épica e inolvidable.
En definitiva, para no extender mucho más, creo que Cloud Atlas es una cinta que fracasa en el cometido de intentar ser innovadora, quedando en evidencia el erróneo tratamiento que le dieron a la historia en si y en el como contarla. Es una experiencia agradable, es cierto, pero que conforme pasan los minutos, se vuelve altamente tediosa y desesperante. Rescatable por secuencias aisladas y muy entretenidas y emotivas, pero que como engranaje de partes, nunca llega a funcionar de ninguna manera. Recomendable para verla un domingo quizás, solo, no en familia. No es para todos los gustos ni mucho menos. Tampoco la consideraría lo peor que he visto en cines, ni lo mejor, simplemente como un producto que intento hacer algo y se quedo en el intento. Al menos nadie tendrá los cojones para recriminarles que no lo intentaron.
★★½☆☆