El desarrollo evolutivo del software es una de las grandes ventajas del Cloud Computing que no siempre se tienen en cuenta.
Antes, tanto los usuarios particulares como las empresas utilizaban aplicaciones que continuaban proporcionando los mismos servicios y prestaciones durante años. Escasamente se producían actualizaciones o mejoras y en mucha ocasiones había que recurrir a una nueva compra de una versión superior del programa.
Las reglas de juego del uso del software cambiaron definitivamente con el Cloud.
Las aplicaciones no se quedan obsoletas ni la seguridad depende de la instalación inicial. Las aplicaciones o servicios en la Nube nunca dejan de evolucionar y permanecen en continuo desarrollo.
El Cloud cambió el modelo de venta y uso del software
En el mismo momento en que las aplicaciones se adquieren por suscripción, bajo el modelo Cloud, el propio usuario participa de las mejoras y posibles incorporaciones de utilidades de un software.
Conseguir que las aplicaciones funcionen cada día mejor y atiendan a las necesidades reales de sus clientes es el objetivo de los proveedores de servicios y software en la Nube.
Es que con la Nube, los cambios han sido radicales en el modelo de venta y adquisición de aplicaciones, sobre todo en las empresas.
Hay que decir, que en la actualidad todavía persisten conceptos relativos la compra clásica de programas para las empresas. Se sigue hablando de licencias de software y de capacidades del programa. Antes se asumía que las aplicaciones debían ser instaladas por personal técnico y que en muchas ocasiones implicaba la instalación en la empresa de infraestructuras y servidores.
Incluso podemos decir que el modelo Cloud no ha sido totalmente asimilado en muchas empresas.
Esto se expresa en la resistencia a probar un determinado sistema. Se sigue pensando que tras la adquisición de un determinado software la empresa quedará cautiva de un modelo de trabajo durante años, un sistema que supuso una inversión considerable, un sistema que quedará obsoleto en un tiempo. Y todo además tras la adquisición de unos medios sobredimensionados para que no quedasen pequeños en el futuro.
Y es que la compra de un programa o un software empresarial ha cambiado mucho. Tanto es así que muchos grandes distribuidores están en franca decadencia o en proceso de desaparición (Eso de la nube era una moda para ellos). El modelo vigente durante dos décadas y que consistía en que un comercial visitase la empresa para explicar el funcionamiento del software ya es obsoleto.
Las aplicaciones empresariales están ahora disponibles bajo descarga desde su página web, la ayuda en la demostración y asesoramiento sobre el software se lleva acabo por expertos en ese sistema pero en remoto, no es necesario el antiguo “visitador” ni los cambios en infraestructuras para instalar hardware o servidores.
El modelo de descarga y prueba, sumado al enorme incremento en la facilidad de uso permiten que el software pueda ser probado y usado al instante.
La Nube trajo capacidades a medida, pago por uso y libertad de cambio
Existe un temor infundado a permanecer cautivo de una determinada aplicación en la empresa. Esto proviene del antiguo modelo. Cuando las aplicaciones y servicios están en Internet y no necesitan instalaciones locales, cambian de un proveedor a otro tan solo depende de recuperar nuestros datos y contratar otro servicio que se adapte mejor a las necesidades actuales.
Esta circunstancia es un factor determinante para que los proveedores mantengan sus aplicaciones en continua evolución, el usuario o la empresa puede pasarse a otro software en cualquier momento.
El pago por uso, utilizando los recursos necesarios en cada momento era impensable en el modelo antiguo del uso de software. Hay miles de empresas con instalaciones sobredimensionadas, con servidores obsoletos y con máquinas comprometidas en cuanto a seguridad.
Desarrollo evolutivo. La aplicación que usas hoy no es la de mañana.
Ocurre con todas las aplicaciones en la Nube, también con los sistemas operativos, cada cierto tiempo se realizan actualizaciones. Pueden ser molestas, pero tienen fundamentalmente dos objetivos, la seguridad y los cambios en las aplicaciones.
En nuestro caso particular, en Dataprius, podemos decir que la versión actual la 7.8 ya no se parece en nada a la de hace 6 años. Hay decenas de mejoras y el ritmo de desarrollo sigue siendo frenético. Son los propios usuarios y las empresas clientes las que impulsan las mejoras y los cambios con sus requerimientos y sugerencias.
Nunca pasan más de dos meses sin que haya cambios importantes. Es un modo diferente de hacer las cosas, incluso llegamos a tener comentarios de nuestros usuarios en los que nos dicen que nos hemos adelantado a sus necesidades. Todos saben que adquirir una cuenta es una apuesta a futuro porque el ritmo de evolución es muy fuerte. Por ejemplo, en estos momentos ya se está preparando la incorporación de una herramienta de Inteligencia Artificial y de un Chat colaborativo para los usuarios y los documentos almacenados en el sistema, apenas han pasado dos meses desde la ultima versión.
Todo financiado por las suscripciones de nuestros clientes y no por sus datos como ya se sabe que hacen otras plataformas Cloud. Prueba de ello es que Dataprius firma los contratos de protección de datos con sus clientes, en PDF y firmado. ¿Alguien tiene esos contratos cuando adquieren otras plataformas? Es una forma diferente a hacer software.
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