Por mi trabajo recorro constantemente el interior de Andalucía. En esta época, después de las lluvias del mes pasado, son paisajes preciosos, de un verde casi norteño. Y entonces suelo ver alguno. Caminando solitarios, componen la estampa más triste del mundo. La mayoría huye cuando te ven venir. Alguno se queda mirando a una distancia prudencial, con la esperanza de que pares el vehículo y lo llames. Los hay que todavía conservan un buen aspecto, por haber sido abandonados recientemente, pero la mayoría exhiben una figura absolutamente derrotada. Algún galgo he llegado a ver que ya no podía apenas caminar. En un país que se dice civilizado sigue produciéndose esta barbarie que no puede ser denunciada por sus principales víctimas, aunque es cierto que la mirada de un perro abandonado, que quizá también arrastra una historia de maltratos, resulta mucho más elocuente que el mejor de los discursos. Por eso hay que aplaudir la iniciativa de la Biblioteca Municipal de Churriana, que cada año organiza por estas fechas un mercadillo solidario de libros, a beneficio de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, un santuario en el que se salva a un gran número de estos animales, algunos de los cuales, los más afortunados, acaban encontrando una familia que los acoge. Sé que mis palabras llegan un poco tarde, puesto que hoy era el último día de celebración, pero mi intención es felicitar a la Biblioteca y animar a que se sigan organizándose eventos como éste. Los libros y los perros tienen algo en común: ambos son transmisores de bondad y sabiduría.
Como de costumbre, los clubes que se celebran este mes, pueden encontrarlos en la columna de la derecha.
Revista Cine
Clubes de lectura en málaga en enero. los ojos de un perro.
Publicado el 05 enero 2017 por MiguelmalagaSus últimos artículos
-
Crónica de un amor efímero (2022), de emmanuel mouret.
-
Harleen (2019), de stjepan sejic.
-
De repente, el último verano (1959), de joseph l. mankiewicz.
-
Trabajar, un amor no correspondido (2022), de sarah jaffe. cómo la devoción por el trabajo nos mantiene explotados, agotados y solos.