“Esto es un proyecto”, la frase se repite de manera metódica, casi como un mantra, cada vez que se habla con alguien del C.D. Waterpolo Turia sobre el mismo. Y por supuesto esta insistencia tiene su razón de ser, especialmente en el mundo del deporte profesional actual, donde lo que dicta son los resultados, el triunfo inmediato, los flashes y las portadas. Tiene su razón de ser, decimos, especialmente en días como hoy, frente a resultados tan adversos como el que ha cosechado el Turia en su visita al feudo del C.N. Atlètic-Barceloneta, el actual campeón y líder de División de Honor.
Visto de manera descontextualizada, solo con las frías cifras en mano, el 28 a 1 que los catalanes infligieron a los valencianos puede resultar abrumador, lapidario incluso. Pero si volvemos a la frase del principio, a la del proyecto, y consideramos éste resultado y los predecesores dentro de un marco más amplio-el del mentado proyecto-las cosas comienzan a cobrar su justa dimensión; y la caída frente a uno de los mejores equipos de Europa se convierte en lo que es: un paso más, de hecho y aunque sea difícil verlo en este momento, es un paso ascendente más, en una larga carrera de la cual el Turia saldrá fortalecido y victorioso, aunque para ello ahora mismo lo que toque sea sufrir.
En las aguas de San Sebastiá se cumplieron los pronósticos previos, y se impuso el dueño de casa, con una formación en donde no faltaron la mayor parte de sus grandes figuras, como Xavi Vallés, Albert Español o Aleksandar Ciric. El valiente planteamiento ofensivo del Turia no fue suficiente ante un cuadro que en 5 años ha sido derrotado apenas 2 veces en competencia doméstica. Dos contundentes parciales (el último y el primero) cimentaron un marcador abultado que demuestra la seriedad con que el Barceloneta afrontó el encuentro, ya que respetó a su rival de principio a fin, alineando a sus efectivos de primera línea y manteniendo la intensidad en el juego a lo largo de todo el partido.
Una vez finalizado el encuentro el entrenador del Turia, Rubén D. Rodríguez, aunque aquejado de una evidente afonía señaló “Estoy muy orgulloso de mi equipo, a pesar del resultado. Hemos jugado contra el mejor equipo del campeonato, y siempre hemos intentado ir al frente, realizar nuestro juego, de manera valiente. Tenemos que recordar que somos un equipo joven, con mucho por aprender todavía, y aunque sea duro, ocasiones como ésta son las mejores para crecer, tanto a nivel individual como colectivo”
Y finalmente eso es lo importante, mantener todo en perspectiva, acordarse de la juventud del grupo, del compromiso que tienen con el club, y del enorme potencial que atesoran. Es fundamental contar con paciencia, y apoyar a un equipo que no puede hacer más que crecer, porque cuentan con la voluntad inquebrantable de hacerlo, y lo demuestran día a día, en duro entrenamiento tras duro entrenamiento, todo por el amor a un deporte y a unos colores, que sin duda más temprano que tarde volverán a vivir alegrías como las de la temporada pasada. Todo es cosa de respetar el proyecto.