ASALIA VENEGAS S.
Vilipendiadas, acusadas, injuriadas, no ha habido ataques más cruentos que los infligidos a las actuales rectoras del Consejo Nacional Electoral. En cada coyuntura electoral la oposición se ha regodeado en estos ataques, apelando a acusaciones sin fundamento. Siempre han intentado estigmatizar a la presidenta del CNE, descalificando un trabajo a todas luces técnico, transparente y confiable.
El proceso que acaba de concluir, el número veinte, corrobora que las diferentes fases del proceso eleccionario, concatenadas a nivel de las circunscripciones y los circuitos en que se distribuyeron las diferentes regiones de la geografía nacional, se engranaron hasta que concluyera la jornada del 6-D. Hubo las auditorías reglamentarias, se hicieron las pruebas pertinentes a los equipos y se chequeó hasta el hartazgo la data del registro electoral.
Una población superior a los 19 millones dirimió las opciones que se presentaron el pasado domingo en el país en las parlamentarias, que convocaron a un número importante de electores para este tipo de comicios. En efecto, sin ningún tropiezo se llevó a cabo la jornada que voces agoreras habían premonizado que se daría en un ambiente de violencia y confrontación. El CNE -como organismo técnico- ha asesorado a sus pares en otras naciones. Igualmente, ha apoyado comicios en las internas de la oposición.
La mediática y los carteles de la información internacional han recibido desde hace rato la orden de atacar por todos los flancos al Poder Electoral venezolano, lo que hicieron al pie de la letra durante todos los años que han precedido a esta última elección. Se construyeron historias totalmente descabelladas para restarle credibilidad a este poder, en cuanto a una posible vulnerabilidad del mismo.
El fantasma del fraude fue tejido con todos los hilos de la perversión y la mentira, a pesar de que observadores internacionales, entre ellos el ex presidente Jimmy Carter, opinan sobre la seriedad del organismo. El injerencismo contra Venezuela centró su mira en el ataque al CNE y a su equipo rectoral. El papel jugado por el ente en los comicios del pasado domingo reitera su profesionalismo y su transparencia. Esta oposición es tan miserable que no reconoce ni un tantico así al papel del CNE.
Profesora UCV