La idea
“You are what you eat” (Eres lo que comes). Esta frase es actualmente muy famosa en los países angloparlantes, así como en aquellos otros países que son fuertemente influenciados por los primeros. Es una de esas joyas lingüísticas que es superada tan solo por frases como “El amor entra por los ojos”. Tomándonos el atrevimiento que es tan usual para un ser tan irreverente como esta ave de camorra, he optado por realizar una preparación lingüística al mejor estilo de la cocina fusión. Algo así como: “El resentimiento entra por el estómago”.
Más allá de pretender querer ser algo ingenioso, esta última reflexión tonta y absurda, sí cuenta con un objetivo que no es tan tonto y absurdo. Para aquellos que no somos capaces de cambiar el mundo, ni pretendemos hacerlo, sí buscamos generar la inquietud de reflexionar acerca de qué es lo que le damos a nuestro organismo y a nuestro espíritu todos los días.
El contexto
Rafael, es una persona juiciosa que se levanta a diario antes de que el sol salga para poder llegar a trabajar temprano. Finalmente, Rafael es una persona que cuenta, como muchos otros colombianos, con un trabajo que no le brinda excesiva estabilidad, pero que la ha servido para mantener una familia. Por lo tanto, no puede darse el lujo de descuidar.
Ingresa a las 7:00 a.m., pero para llegar a su lugar de trabajo, requiere viajar una hora y media en bus. Su jornada implica largas sesiones de trabajo esforzado, que cesan cuando se toma su hora de almuerzo. Conoce un lugar que le queda a tres cuadras de distancia, y es allí donde acude usualmente con los mismos dos o tres compañeros de trabajo, y almuerza.
Como Rafael, son muchos los colombianos que usualmente cuentan con jornadas de trabajo disímiles, pero que usualmente convergen cerca de las 12:00 o 12:30 en algún restaurante o almorzadero de confianza. En estos lugares, además de una comida decente, o medianamente decente, cuentan con la posibilidad de ver el noticiero del medio día.
Los ‘nutrientes’
Para quien no está acostumbrado a ver los noticieros colombianos de medio día, tenga en cuenta lo siguiente: 1) Dentro de las primeras 3 noticias, al menos dos de ellas están relacionadas con tragedias y/o con delitos. 2) Las noticias principales no se manejan como reportajes, sino como crónicas. 3) El concepto de crónicas para esta clase de programas, implica la utilización de lenguaje colorido y llamativo, un tono de voz pausado y una cadencia verbal asimilable a la de la lectura de poesía.
En otras palabras, cuando nuestro organismo intenta compensar la pérdida de nutrientes por la jornada diurna, estamos viendo y escuchando el dolor y la infamia de vivir en un país violento y sensacionalista. Cuando Rafael y muchos otros ciudadanos están por degustar las primeras cucharadas de sopa, se enteran simultáneamente que ha habido X número de muertos en una tragedia natural, que Z número de menores han sido abusados sexualmente por sus familiares, y que el Estado colombiano ha perdido ciertos miles de millones por cuenta de corrupción administrativa.
Obviamente al haber acabado la sopa, Rafael y sus amigos no parecen estar ya tan felices de estar en su hora de almuerzo. Sin embargo, no suelen caer en cuenta de que terminado el ciclo de noticias principales, se suele acudir al ciclo de noticias políticas y económicas nacionales y posteriormente internacionales. Es allí donde se enteran que el desempleo sube, que los bancos generaron varios billones en ganancias, y que estamos cerca de un par de guerras nucleares, todo ello mientras el mundo contaminado le comienza a pasar la cuenta de cobro a la humanidad en algo que hemos logrado reducir en términos bonitos como ‘niño’, ‘niña’ y el genérico ‘cambio climático’.
Para ese entonces, el arroz sabe a basura, y el pedazo de carne parece un retrato pueril de cómo el mundo burgués se burla de los pobres idiotas que quieren ganarse la vida honradamente. Es quizás en ese momento que los comensales optan por recurrir al plato de ensalada. ¿Qué da malo puede tener un plato de ensalada? Siempre se habla de las bondades de las verduras y de las frutas. De hecho, justo en ese momento hay una noticia sobre la importancia de comer cebolla por sus contenidos vitamínicos, y por la manera como estimula la buena circulación. Justo allí, a Rafael le parece que esa cebolla sabe más sabroso que otros días.
La alegría, sin embargo, no dura mucho. A continuación, se hace mención de un estudio adelantado por investigadores suecos acerca de la manera como el cáncer de páncreas puede ser estimulado entre otras cosas, por la ingestión de alimentos irritantes, entre los cuales también se encuentra la cebolla. Justo allí recomiendan que en caso de sentir alguna molestia digestiva, se acuda inmediatamente al médico, porque se puede tratar de un cáncer letal. Luego se brinda la cifra de cuantas muertes se causan al año por no detectar a tiempo este cáncer.
El postre, para los valientes que todavía deciden seguir comiendo, va acompañado de las noticias deportivas en las que se hace especial énfasis en cómo el equipo de fútbol del que es hincha Rafael se encuentra en una crisis económica sin precedentes, lo que ha obligado a la venta del único jugador bueno que tenía la temporada anterior. Por supuesto, las directivas se encuentran analizando el asunto para intentar buscar pagarle el salario a sus jugadores.
De sobremesa, se ingiere la siguiente información: Los amores y desamores de Shakira, los adelantos (de 45 minutos) de la novela (que dura 30 minutos), y el repaso de los capítulos anteriores. Por supuesto, se trata de la novela que no ve Rafael. La que él ve, como es algo más popular, no tiene necesidad de adelantos ni repasos en las noticias. Por último, cierran la sección de entretenimiento con las noticias sobre cómo algún asesino en traje de luces mató magistralmente a un bovino encerrado mientras una cantidad de ebrios aplaudían la faena.
¿La pregunta?
¿Si es así como disfrutamos nuestro poco tiempo libre, a alguien le sorprende los altos índices de criminalidad, violencia intrafamiliar y problemas psicológicos que abundan en el país?
Repito: “El resentimiento entra por el estómago”. Procuren no mezclar ese resentimiento con cebolla. Ya saben a lo que se exponen.