En psicología el coaching es un proceso en el que hay dos actores involucrados, el coach
y el cliente. Este proceso tiene la finalidad de que el cliente encuentre soluciones a sus
problemas, consiga sus objetivos y en definitiva, se promueva su desarrollo personal. Para
conseguir esto, el coach debe escuchar al cliente y intentar que sea este el que encuentre
la solución a sus problemas solamente mediante la realización de preguntas que lleven al
análisis y la reflexión.
Por lo tanto, el coaching no es una manera de enseñar, es una manera de ayudar
aprender.
Existen tres tipos de coaching en función de su campo de trabajo: el personal, el
organizacional y el deportivo. Nosotros nos centraremos en el organizacional que tiene
como objetivo transformar las organizaciones a través de sus empleados.
Dentro de este tipo de coaching se diferencian el coaching empresarial y el ejecutivo.
El coaching ejecutivo es un tipo de coaching dirigido en exclusiva a altos ejecutivos. Este
se adentra en el desarrollo del liderazgo y explora las habilidades de dirección y de
comunicación interpersonal, así como de rendimiento personal.
El coaching empresarial se dirige a organizaciones o empresas en general. Este tipo de
coaching trabaja temas como el empoderamiento, la gestión del tiempo, la productividad,
la satisfacción de los clientes, el trabajo en equipo y las relaciones entre los trabajadores.
Algunas consultorías de RRHH ofrecen estos servicios de coaching a grandes
organizaciones porque se ha visto que generan grandes beneficios como el aumento
de la productividad, el desarrollo personal y empresarial y el aumento de la satisfacción
laboral.