Coaching: La comunicación 3

5ª parte de “La diferencia entre mediocres y ganadores”

En Coaching, ¿qué diferencia a ganadores de mediocres y perdedores?

Durante estos artículos estoy explicando la importancia de la comunicación a la hora de tener éxito, lograr lo que de verdad quieres, alcanzar tus metas, como quieras llamarlo tú. Entre otras cosas, el Coaching te da las herramientas para aprender a comunicarte de forma efectiva y coherente con esos resultados que quieres obtener. Pero sigamos hablando de la comunicación interna. 

Que veas las cosas de forma negativa, no te hace más realista. Al contrario.

Entonces, lo que queremos es asumir el control. Asumir el control de nuestros pensamientos de forma que sus efectos repercutan, de forma positiva, en nuestras emociones, y en última instancia, en nuestros resultados. ¿no? En realidad, de esto se trata el coaching, pero eso es harina de otro costal. En este artículo voy a hablar de reprogramar nuestra mente, pero si esto te suena un tanto utópico, te doy el término que se utiliza en psicología: reestructuración cognitiva. Y deja primero que te diga algo: que veas las cosas de forma negativa, no te hace más realista. Al contrario. Si lo ves todo negro, no ves más que tus limitaciones, generadas por TUS etiquetas, cosa totalmente irreal en la mayoría de los casos.

Vamos a ver por pasos el proceso de cualquier suceso en una persona. Tengamos en cuenta que la persona tiene ya “instaladas” en su cerebro una serie de creencias o supuestos (ideas fijas que utiliza como si fueran verdades absolutas, como dogmas) y, consecuentemente, unas expectativas, todo ello derivado de su experiencia.

La finalidad de la reestructuración cognitiva no es que cambies tu forma de pensar, sería del género tonto, sino modificar los patrones de etiquetado que no te sirven

1. Suceso
2. Interpretación (generalmente automática, inconsciente. Como ya sabes, yo lo llamo Etiquetado automático)
3. Pensamiento
4. Sentimiento/Emoción
5. Acción/Comportamiento
6. Resultado

Y ahora, veámoslo con un ejemplo:

1. Suceso: llego al trabajo por la mañana y me encuentro mi sitio con restos de un café derramado, todo seco y asqueroso.
2. Etiquetado automático: imaginemos cada uno la sensación, el estímulo externo, para generar nuestra propia interpretación.
3. Pensamiento: ¿qué pensamiento ha surgido tras el etiquetado? ¿Qué te dices a ti mism@? ¿Podrías haberlo etiquetado de diferente modo si lo hubieses concientizado?
4. Sentimiento o emoción: surge tras el pensamiento vertiginoso, instantáneo. ¿Qué emoción o sentimiento te provoca ese pensamiento?
5. Acción o comportamiento: en dependencia de como te sientas, actuarás de un modo u otro. ¿Que comportamiento ha generado la emoción?
6. Resultado: según el comportamiento y acciones que realizas, se produce un resultado. ¿Cuál es es resultado final?

Ahora, tanto si tu resultado es negativo, como si es positivo, realiza el ejercicio intentando etiquetar el suceso de forma contraria y examina el resultado. Y voy más allá. Se me ocurre que también puedes hacer el ejercicio al revés. Es decir, en dependencia del resultado que quieres obtener ante sucesos X, trabaja hacia atrás la forma de obtenerlo.

Esto es la reestructuración cognitiva, explicada de forma muy elemental. La finalidad de la misma no es que cambies tu forma de pensar, sería del género tonto. La finalidad es modificar tus patrones de pensamiento disfuncionales, es decir, los patrones que A TI NO TE funcionan, que generan resultados que TÚ no quieres. ¿Cómo? Simplemente haciendo consciente lo que antes era automático y trabajándolo. No se trata de contradecirnos, ni de “invertir” nuestros procesos mentales, nuestra identidad ni forma de pensar, simplemente de poner todo eso en duda, de cuestionarnos a nosotros mismos: “¿Y si esto que interpreto yo así, en realidad es de esta otra manera? ¿Cuál o cuáles son los pensamientos que esta situación genera en mí y de dónde proceden? ¿Qué me hace pensar así?”. Eso es flexibilidad y apertura mental, y te lo aseguro, aprenderás un montón de ti mism@ de esta forma. Si me doy cuenta de que actúo de cierta forma en ciertas situaciones, y que esto me genera un resultado negativo, lo que puedo hacer es identificar cuál o cuáles son las etiquetas y pensamientos que generan esos resultados y así poder cambiarlos.

Inténtalo con algún comportamiento del que te gustaría deshacerte. Timidez, estado de bajón, tristeza, baja autoestima… Todo es cuestión de práctica y de interiorizar eso que todos alguna vez hemos dicho, pero sin asimilar verdaderamente su significado, que “todo depende del cristal con que se mire” (todo resultado depende de la etiqueta que le pongamos).

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