Sobre Coaching se ha escrito mucho…
… pero creo que no tanto como lo que estoy escribiendo.
Llevo ya más de dos meses escribiendo mi libro sobre el éxito y “un poco de Coaching”. La idea de escribir este libro surge de mi propia necesidad, tanto de escribir, como de leer un libro que verdaderamente enfoque el éxito desde el arte del coaching como yo lo percibo, dentro de las enseñanzas, aprendizaje y formación que he recibido.
Sin ánimo de menospreciar, ni mucho menos, los libros que he leído sobre coaching puramente, no sé si es que soy demasiado crítica, o quizá que mis expectativas son demasiado altas al pasar sus páginas, pero casi – y fijaos que digo CASI – todos los libros que he leído me han dejado un poco impasible. Claro que he aprendido cosillas, de todos ellos. Claro que me quedan muchos por leer, examinar y estudiar. De eso no me cabe ninguna duda. Sin embargo, no he encontrado un libro sobre Coaching del que haya pensado: “Este es EL LIBRO”. Aunque hay uno, El Arte de Soplar Brasas, de Leonardo Volk, que se le acerca mucho.
Y como no lo he encontrado, pues decidí, ya hace tiempo, escribirlo yo misma. Junto con el coaching, mi pasión es escribir. Siempre lo fue, desde pequeña. Y lo más extraño es que no me di cuenta de que había sido mi pasión durante casi toda mi vida, hasta que me encontré con el coaching… y con la ayuda de una de mis mejores amigas, de las pocas que me quedan de la infancia. Ella fue la que, al decirle que iba a escribir este libro, me recordó: “Claro, tía. Si a ti siempre te ha encantado escribir, desde que íbamos al cole juntas”. “Ah, si?”, dudé por un momento. “Claro! No te acuerdas que te dedicabas a escribir poemas a todo el mundo? A compañeras y a profesoras? Y que también escribiste un libro sobre una película que te contaron tus hermanas? Si es que estabas siempre escribiendo!”.
Bueno, pues ni me acordaba yo de aquello. Después me puse a recordar más, y en efecto, después de aquello escribí, en inglés, … qué vergüenza… la vida de Madonna. E incluso lo envié a un sitio en Inglaterra a publicar, pero resultó que era una editorial de esas en las que tú mismo tienes que poner la mayor parte del dinero… ooooh, qué lástima. Aquello me frustró y no lo volví a intentar. Todavía tengo una copia de aquel libro. Después, entre muchas otras cosas sueltas, escribí un libro sobre mis vivencias en Cuba, país maravilloso en el que viví durante más de un año. Además de una guía de viaje, era una crítica abierta al régimen de Fidel, por lo que nunca me atreví a publicarla, por si me prohibían la entrada de nuevo en la isla, que aun sin saber nada del libro (creo) sucedió un par de veces porque me consideraban una persona subversiva. Pensaréis que esto es algo paranoico, pero, creedme, no lo es. Fui investigada a fondo y se me investigaba cada vez que ponía el pie en el aeropuerto José Martí.
En fin, que sí, que siempre he sentido una gran pasión por escribir, así que pensé que ESTE sí, este se publica. Como decía al principio, llevo más de dos meses escribiendo, y lo cierto es que es muy duro. Es duro ver que llevas todo el fin de semana, varios fines de semana, encerrada sin siquiera pisar la calle, y darte cuenta de que sólo has escrito dos páginas en Word!! Pero así es escribir.
Así que, todavía falta mucho. Pero mucho. Acabo de finalizar el borrador del primer capítulo y me da la impresión de que haya escrito cientos de folios. Nada más lejos, llevo menos de 50. Podría compartir algunos fragmentos con vosotros, sólo si queréis. Dependiendo de cuántos de vosotros me hagáis llegar vuestra “demanda”, lo haré o no.
Para esto es este post, además de para compartir con vosotros esta inquietud. Seguiría escribiendo pero… otras escrituras y menesteres me esperan.