“Me pregunto a veces cómo cambiar mi suerte”. Si te sientes identificado con esta frase, sigue leyendo y encontrarás la respuesta. Pero te lo advierto desde ya, te lo vas a tener que trabajar, implica trabajo duro, tanto físico como de tu actitud ante la vida y las circunstancias. Así que, si no estás dispuesto a aportar estas dos “condiciones” abandona esta lectura, que te puede cambiar la vida… y la suerte. El Coaching Personal te puede ayudar, aunque no es imprescindible!
Quien se siente en una situación desfavorable, suele actuar lamentándose de su “mala suerte”, como la Zarzamora, que llora y llora por los rincones
La suerte hay que currársela
“Cómo cambiar mi suerte” es algo que la mayoría de las personas se ha preguntado alguna vez. Todo aquel que se siente en una situación desfavorable, suele actuar lamentándose de su “mala suerte”, llorando por las esquinas, o por los rincones, como la Zarzamora, que llora y llora. Pero esa no es la actitud! Esta es una de las cosas que primero nos enseñan y enseñamos en Coaching Personal.
…yo no creo en la existencia de eso de la ley de la atracción, El Secreto y demás, pero sí estoy segura de que tu actitud determina tu suerte.
Un logro como cambiar mi suerte, ahí es ná, no se consigue lamentándose y dándole vueltas a lo mismo constantemente. Si ese es tu caso, ¿crees que quejarte y lamentarte de la tua cruda sorte cambiará algo? Al contrario, no hará más que generar más “mala suerte”. De ahí viene lo de levantarse con el pie izquierdo, que es cuando una sucesión de lo que la gente llamaría “eventos desafortunados” o “catastróficas desdichas”, – como el libro de Snicket – sobrevienen a aquel que lo sufre durante todo un día, como poco. Podría afirmar desde aquí, casi con certeza, que tú, algún día te has dicho o le has dicho a alguien que te has levantado con el pie izquierdo. Ojalá me equivoque.
Aunque soy Coach y doy Coaching Personal, y hay algunos que sí, YO no creo en la existencia de eso de la ley de la atracción, las habladurías del Secreto y demás, pero sí estoy segura de que tu actitud determina tu suerte. Y te voy a explicar por qué. Si por la mañana me levanto y, no sé, debido a un mal sueño que no recuerdo, me levanto con una actitud algo negativa y no hago algo al respecto, seguramente no será un buen día. Lo que ocurre es que, cuando tienes esa sensación, comienzas a tener pensamientos que estén en concordancia con esa emoción. (Me he levantado algo “depre”, voy a generar pensamientos algo “depres”. Hasta ahí creo que es bastante lógico y estaremos de acuerdo). Pero, seguramente desconoces los hechos científicos tras esta afirmación. He aquí lo que, no sólo enseñamos algunos en Coaching Personal, sino que es lo que demuestra la BIOLOGÍA y la NEUROCIENCIA, explicado de forma sencilla:
Las emociones son sustancias químicas liberadas por nuestro cerebro. El hipotálamo es como una mini-fábrica de péptidos y otras sustancias que se encarga de emparejarlas con nuestras emociones.
Pero la cosa no termina ahí. Resulta que, como decía hace un momento, esas emociones no sólo generan “disparos” de sustancias químicas, sino también pensamientos… que son disparos eléctricos entre neuronas. El cerebro se asemeja al paisaje de una tormenta de rayos porque está constantemente generando pensamientos y recuperando recuerdos. Esa actividad cerebral va creando redes neuronales a través de las conexiones nerviosas, que, cuanto más se repitan, más se reforzarán, creando NUESTROS PATRONES DE PENSAMIENTO. Así es como formamos nuestra forma de ser, de pensar, de actuar, y de sentir. Por lo general, cuanto mayores nos hacemos, menos conexiones neuronales hacemos porque solemos repetir los mismos pensamientos, formamos hábitos. Si esa sensación con la que te levantaste esta mañana es algo excepcional, seguramente, debido a que tus patrones mentales suelen ser diferentes, no serás de los que van llorando por las esquinas ni de los que se levantan con el pie izquierdo. Pero si es algo habitual, si tus conexiones nerviosas se han reforzado con malos pensamientos y emociones a través del tiempo y la repetición, ese patrón resulta difícil de romper. De ahí que todo te salga mal, y que tengas “mala suerte”. Ese modelo te impide fijarte en otras cosas que no sean las negativas, porque es lo que estás enfocado o enfocada.
El cerebro se asemeja al paisaje de una tormenta de rayos porque está constantemente generando pensamientos y recuperando recuerdos. Esa actividad cerebral va creando redes neuronales a través de las conexiones nerviosas, que, cuanto más se repitan, más se reforzarán, creando NUESTROS PATRONES DE PENSAMIENTO. Así es como formamos nuestra forma de ser, de pensar, de actuar, y de sentir.
También sabemos que es posible lograr que esas conexiones nerviosas antiguas y reforzadas, con un esfuerzo consciente y emocional, pierdan esa conexión a la larga. Cada vez que interrumpimos un proceso de pensamiento “típico” que produce una respuesta química (emoción) en tu cuerpo, estamos ayudando a que esas conexiones empiecen a deshacerse, a perder aquella relación estable, a que las redes empiecen a desintegrarse.
Hay quienes viendo su situación, no hacen más que preguntarse “¿¡por qué!?. Otras intentan ver algo mejor en su futuro y dicen: “¡por qué no!”. Esa es la diferencia. De modo que no preguntes cuándo cambiará tu cruda sorte; pregúntate cuándo y cómo vas a cambiar TÚ para que tu suerte cambie.
Pues sí, no hay más truco que ése. INTERRUPCIÓN de esas conexiones nerviosas. Trabajo duro, ojo. No es fácil, lo digo por experiencia. Pero piénsalo, lo que merece la pena en esta vida… ¿es fácil? Dime lo que piensas de todo esto.