Hace unos meses se presentó en Bruselas la Coalición para la Prevención de la Eutanasia Europa (EPC -E), reúne a organizaciones y personas de todo el continente para poner en marcha una campaña contra la vulneración de las leyes que protegen a los ancianos, discapacitados, población de riesgo e incluso la protección a las personas menos favorecidas y de escasos recursos.
Este nuevo grupo actuará plantará cara a los que promueven la eutanasia y el suicidio asisdoti entre los ciudadanos de los 28 Estados miembros. Hará hincapié en los casos de eutanasia en Bélgica, entre los que destacan Marcos y Eddy Verbessem, gemelos de 45 años sordos, que han sido sacrificados por el Estado belga tras comprobar que su vista comenzaba a fallar; y también recordarán el caso de Nathan / Nancy Verhelst, cuya vida terminó frente a las cámaras de televisión después de una serie de operaciones de cambio de sexo fallidas; su madre dijo que odiaba a las niñas, sexo fallidas; su madre dijo que odiaba a las niñas, encontró a su hija «tan fea» en el nacimiento y no lloró su muerte.
Y el caso de Ann G, que tenía anorexia y que optó por terminar su vida después de haber sido abusada sexualmente por el psiquiatra que se suponía que le iba a prestar ayuda. El Dr. Fitzpatrick, coordinador de EPC-E, ha afirmado que «la falta de atención social adecuada en Bélgica, así como los errores médicos, hacen que los pacientes en fase terminal no les quede otra opción, sufriendo consecuencias fatales». Lo último en Belgica ha sido matar a una enferma psíquica, de 35 años, que ni era enferma terminal ni sufría al límite. Morir con dignidad es el atractivo hábilmente manipulador de los
partidarios de la eutanasia. El desarrollo de los cuidados paliativos es
la alternativa válida para prevenirlo.