¿Has enchufado esta mañana el móvil?¿la Tablet? ¿y tu flamante coche eléctrico super ecológico? Supongo que a alguna de estas preguntas habrás contestado que sí. Y es que es
verdad, el mundo necesita baterías para todo. No se que haremos si un día nos llega el pulso solar ese que nos anuncian y volvemos de golpe a la era Pre industrial aunque creo que ya nos están preparando a base de hachazos a las libertades y derechos que creíamos consolidados, pero bueno, eso es otra historia. El caso es que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos usando cacharros que necesitan pilas para hacer algo, aunque sea idiotizarnos más y más cada día. Enchufamos, gastamos y volvemos a enchufar sin que ni siquiera nos preguntemos cómo funcionan o de qué están hechas, sin saber que esas baterías contienen un mineral escaso y preciado, el Cobalto. Y resulta que unas cuantas de estas piedras sirven para hacer mover nuestro mundo puede que no sería exagerar si digo que valen más que el oro.
Cuentan que allá por la Edad Media, los Gnomos de la baja Sajonia, muy graciosos ellos, hicieron que el Cobalto se pareciese al cobre y así de paso podian dar gato por liebre al despistado. Pero ahí acaba la cosa, se parecen. El 
Es injusto, lo que necesita todo el mundo está en Katanga donde unos gobiernos sin escrúpulos (más todavía que los nuestros, que ya es decir) son los que marcan el precio. Un precio altísimo porque saben que necesitamos de él, cada vez más. Esto es un verdadero abono para la explotación de todo aquél que pueda ser usado para sacar las piedras ¿Qué más dá si hablamos de hombres, mujeres, niños, animales o cosas?. Los inversores se dedican a esconderlo. Lo almacenan para aumentar más todavía su precio y sacar más partido porque todo el mundo lo codicia, al fin y al cabo la energía es lo que sostienen este mundo que nos ha tocado vivir.
Pero al final los que de verdad padecen la avaricia de este sistema son unos trabajadores que se parten el espinazo en unas minas peligrosas, sin luz, sin agua, sin ningún tipo de 
Una vez extraído el mineral se mete en sacos y empieza la segunda parte del abuso. Las mafias se encargan de venderlas a empresas que no preguntan nada, la mayor parte de ellas 
No, no voy a decir que nosotros seamos culpables (no del todo) de las muertes y del mercado negro pero no está de más saber que cada vez, cada día que enchufas el móvil, estás usando vidas ajenas.
