En mi casa es tradición cada domingo hacer una comida familiar y reunirnos hermanos, primos, sobrinos, etc. Habitualmente, en estas ocasiones era mi abuela la que cocinaba para todos y recuerdo que tenía una mano espectacular tanto para los platos principales como para los postres.
La repostería, era una de sus especialidades y siempre nos preparaba tartas y pasteles riquísimos pero también otras variedades de dulces como: galletas, cocas, buñuelos, mousses, flanes de todas las variedades, torrijas, polvorones, turrones, panellets, mermeladas, en fin una lista interminable y muy apetecible para cualquier dulceadicto como yo.
Desde entonces el plato rey en mi casa siempre han sido los postres. Normalmente en estas comidas siempre preparamos o compramos un mínimo 2 o 3 dulces para que cada uno pueda elegir el que más le guste o sino para ir probando cada una de las variedades.
En mi caso, aprovecho estos momentos para desplegar mis artes culinarias... ;) y aplicar los conocimientos que voy adquiriendo en el curso de pastelería que estoy realizando.
Así que el pasado fin de semana preparé una coca con reducción de nata y anís en honor a mi madre y mi hermano que son a los más coqueros de la familia.
La coca es una comida muy tradicional catalana e inicialmente se hacía para aprovechar la masa de pan que no se había hinchado y la cocían plana con azúcar para servirla de postre.
En Catalunya tiene una relación directa con las fiestas y es típico prepararlas los días festivos como por ejemplo para la noche de San Juan el día 24 de Junio. Aún así se comen sin ningún motivo festivo como es el caso.