Lablanca abre sus puertas en el corazón del Eixample de la Ciudad Condal estrenándose con estas maravillosas cocas de San Juan… nuevos y sabrosos productos elaborados con ingredientes de proximidad y calidad.
Un nuevo concepto de pastelería ha llegado Barcelona. La Bakery LABLANCA comienza a hornear sus exquisitas propuestas en el corazón de la ciudad. Bajo el concepto de ‘La Pura Bakery’ se encuentra una original pastelería donde se enfatiza la sencillez y la honestidad en sus recetas, y se trabajan con mimo el sabor, las texturas y el color de cada producto que sale del obrador, dirigido por la chef pastelera Betina Montagne
Si hay un término que mejor defina el concepto inicial de LABLANCA, sin duda alguna es SINCERIDAD. Pero como en cualquier receta, ésta no consta de sólo un ingrediente; por ello también se le añade una pizca de palabras como calidad, accesibilidad, slowfood, no manipulación, ligereza, honestidad, sabor, tradición, cercanía, desnudez y naturalidad.
El equipo de LABLANCA tiene claro que el buen sabor es consecuencia no solamente de una buena elaboración, y trabaja con los sabores auténticos a través de materias primas de calidad y de proximidad, evocando de esta manera los gustos y aromas de la infancia .
Así también, LABLANCA busca transmitir a través de sus productos el concepto slowfood, en cuya preparación no se han empleado procesos ni manipulados industriales, sino que son elaborados manualmente para obtener un pastel “horneado desde el corazón”.
LABLANCA es sin lugar a dudas un producto en si mismo, elaborado en base a tres conceptos: lo nórdico, por lo limpio y puro; lo americano, directamente relacionado con el tipo de pastelería, y lo mediterráneo, por encontrarse en la ciudad de Barcelona.
La pastelería americana, a diferencia de la francesa donde todo se cubre con fondant, se muestra sin cobertura, sin decoraciones, ligeramente más alta, donde las imperfecciones forman parte del pastel y se admiten como tales, donde el sabor y la calidad del producto son su punto fuerte. Por ello LABLANCA busca acercar la pastelería más tradicional americana a España, trabajando cada día para aunar su lenguaje con los sabores e ingredientes locales. Así, la chef pastelera Betina Montagne reformula constantemente sus productos hasta equilibrar los sabores, y añadir nuevos conceptos e ingredientes para educar al cliente en un nuevo mundo de texturas y sensaciones.
LABLANCA quiere romper de esta manera con la hegemonía del ‘cupcake’, introduciendo nuevas referencias hasta hora desconocidas para el consumidor como el LAYER CAKE, EL BUND, EL MINIBUND, EL COFFEE CAKE, EL BLONDIE, EL LOAF CAKE, LAS BARS, LOS BROWNIES, LOS SCONES, LOS BAGELS, LOS MARSHMELLOWS, LAS POPCAKES, LAS MUFFINS… Toda una amalgama de productos con un excelente potencial comercial.
Un cuidado interiorismo
LABLANCA se ubica en un pintoresco local situado en los bajos de un edificio achanflanado del Ensanche izquierdo barcelonés. El local tiene unos 66 metros cuadrados, que se reparten en una zona de tienda y atención al público, de 20 metros cuadrados, y en el obrador.
La Bakery LABLANCA se presenta como un local sobrio, pero luminoso y elegante, vanguardista, blanco y con grandes ventanales. Da la sensación de que no hay separación entre la calle y el interior del local. El hueco de la puerta se convierte así en un gran escaparate que invita a entrar en la tienda y observar el obrador al fondo del local, donde se puede ver como se elaboran los pasteles a través de un gran ventanal que separa la zona de venta de la zona de trabajo.
En el interior se mezclan diferentes ingredientes de la misma manera que en la pastelería, dando especial importancia al producto expuesto. Se busca un espacio nórdico, blanco, diáfano, racional, de línea pura, sincero, limpio, austero, conectado con la naturaleza -volviendo a evocar el lenguaje wabisabi-, donde se ofrece producto americano -todo lo contrario: exagerado, llamativo, lujoso y ostentoso-, pero en un entorno mediterráneo -la ciudad de Barcelona, la ubicación, los clientes, el barrio, el color y el sol-, resultando un excelente contraste en el contenido y el continente.
Así mismo, se reserva un pequeño espacio con mesas altas y bancos para la degustación de producto y la opción de poder tomar un café o té en la misma bakery.
Betina Montagne, la maestra pastelera
La venezolana Betina Montagne viene de una familia de restauradores, y por ello se podría decir que desde los 5 años ya empezó a desarrollar su amor por la pastelería, comenzando a hornear desde muy pequeña dulces y pasteles con su madre y su abuela.
Su afición por el mundo de la repostería le llevo a graduarse en Venezuela en pastelería y trabajar como chef ejecutiva pastelera, y también vivir en Nueva York, donde se empapó de las técnicas de la pastelería creativa en fondant y aprendió sus recetas más tradicionales. Es entonces cuando decide trasladarse a Barcelona, para completar su formación en la prestigiosa escuela Espaisucre, donde en estos momentos imparte clases de pastelería americana, y acaba colaborando con el Grupo Belgious, elaborando recetas de heladería gastronómica, el prestigioso pastelero repostero Oriol Balaguer y Montse Estruc (estrella Michelín por el restaurante El Cingle).
Ahora se embarca en este apasionante proyecto de “LA BLANCA”, con el que se han propuesto endulzar la vida de los barceloneses desde ‘La Pura Bakery’.