La venta de coches de segunda mano es un sector que mantiene e incluso aumenta sus ventas en tiempos de crisis económica. En momentos de poco crédito la gente compra lo que puede pagar y es por eso que sube la venta de coches baratos. Los vehículos que cuestan un promedio de 3.000€ son los más buscados. En el mercado de los coches de ocasión se pueden encontrar automóviles adecuados a las necesidades del momento. Muchos vehículos reciben un poco de “chapa y pintura” antes de ponerlos en exposición, y aunque la imagen es importante también es necesario que el comprador revise una serie de puntos clave del coche antes de decidirse a adquirirlo.
Son el contacto del vehículo con el asfalto, vale la pena fijarse en su desgaste, observar la profundidad del dibujo es un indicador importante. Indispensable que no tengan rajas o grietas ni deformaciones. Es bueno revisar la presión y fijarse en el año de fabricación.
Una excesiva emisión de humos indica fallos en la mezcla de combustible. El aspecto es importante, hay que fijarse que no tenga grietas.
Observar su aspecto, ver y evaluar las rozaduras, roturas o falta de material. Las diferencias sutiles como una evidente diferencia de pintura muestran que no se trata de una pieza original. Es necesario que esté bien fijado.
Aparte de una correcta tapicería (sin manchas o quemaduras…) es importante revisar el deslizamiento y anclaje de los cinturones.
Girar el volante para asegurarse que no haya ningún bloqueo en algún punto. Comprobar si hay holgura o dureza excesiva. El volante tiene que estar perfectamente fijado y en paralelo correcto. Escuchar si aparecen ruidos de la dirección mecánica.
Observar las posibles fugas y manchas en el sistema de frenos, motor y aire acondicionado.
Comprobar que no haya un hundimiento excesivo del pedal. Evaluar los ruidos y la tensión del freno de mano.
Revisar los ruidos anormales o si hay ralentí irregular. Observar el motor en marcha y en parada.
Que no se hayan instalado dispositivos no homologados. Que sean pizas originales. Observar las posibles fisuras e impactos y el estado de la protección que puede afectar el haz de luz.
Fijarse si hay balanceo excesivo o un desnivel acusado de la carrocería. Detectar los ruidos metálicos anormales.
Comprobar la legalidad de los espejos (la normativa marca que es obligatorio un central y exterior izquierdo o central y dos exteriores). Comprobar que no haya roturas, fisuras o picaduras mayores de 1’5cm y visibles desde 1m.