Energías renovables y coches eléctricos la clave para mejorar el aire de las ciudades
Es poco conocido, pero gran cantidad de las enfermedades respiratorias y asmas que padecen algunos niños y personas mayores en las ciudades es causada por los gases de escape de los vehículos de combustión interna, principalmente los motores diésel. Estas enfermedades respiratorias se reducirían notablemente si desaparecieran de las ciudades estos vehículos tan contaminantes.
En Estados Unidos la contaminación del aire es el principal peligro ambiental para la salud, provoca el fallecimiento prematuro de más de 100.000 personas al año ya que incrementa las tasas de ataques al corazón, derrames cerebrales y enfermedades respiratorias. Esto, por supuesto, puede extrapolarse a otros países industrializados. En algunos casos esta situación es mucho peor como Shangai o México, D. F. donde la contaminación ha obligado a la autoridades a tomar medias drásticas como la prohibición de circulación de los vehículos más contaminantes.
Un estudio, realizado por Chris Tessum, Jason Hill y Julian Marshall, de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos, ha examinado diferentes combinaciones de vehículos y fuentes de energía como biocombustibles, gasóleo (diésel), gas natural comprimido y electricidad procedente de una amplia gama de fuentes convencionales y renovables. Y en el estudio han llegado a la conclusión de que utilizar la combinación de coches eléctricos alimentados con electricidad obtenida de fuentes limpias es la combinación ideal. Una electricidad limpia tiene una importancia crucial a la hora de reducir el impacto negativo que el transporte actual tiene sobre la salud ya que reduciría en más de un 70 por ciento las muertes ocasionadas a la contaminación del aire.
Implantar en una gran ciudad un sistema de movilidad sostenible y limpio, con coches eléctricos, transporte público eléctrico, etc., es evidente que tiene un coste, y es cierto que un coste elevado. Si junto al coste de utilizar en las ciudades vehículos eléctricos además le añadimos el coste de que esa electricidad proceda de fuentes limpias el coste total, a priori es enorme. Analizando todo esto con un poco más de perspectiva podemos ver que las inversiones son grandes pero su coste a largo plazo y su mantenimiento es mucho menor de lo que actualmente estamos pagando por un sistema basado en energías muy sucias y contaminantes. Si además de esto, ponemos en la balanza cuanto vale la salud e incluso la vida de nuestros hijos y nuestros abuelos, el coste que actualmente estamos pagando, en euros, en salud y en vidas no compensa. Nos estamos ahorrando unos cuantos euros en inversiones a cambio de la salud y la vida de muchos de nuestros seres queridos. Como siempre ocurre, hasta que no te pasa a ti no te das cuenta…