Revista Insólito
" La de Liébana es una comarca decididamente hermosa y esquinada en la Cantabria de los asombros. Su acceso al mar, a Unquera, por ejemplo, no fue posible de manera medianamente efectiva hasta bien entrado el siglo XIX, que es cuando fueron concluyendo las obras de la carretera que recorría el desfiladero de la Hermida, siguiendo el curso del río Deva. Antes de construir ese camino que hoy sigue siendo un paseo fascinante entre la roca caliza de los Picos de Europa, los lugareños atravesaban senderos y desfiladeros con mulas o tartanas, haciendo ello que Liébana mirase mucho más hacia atrás que hacia delante, más hacia lo que hoy es Castilla y hacia León que a su propio mar. En Potes, su capital, la Fiesta del Orujo reúne cada año a miles de personas que se dejan caer por su trazado de piedra y agua a disfrutar de las varias cosas que puede un humano hacer mientras hay luz del día. Incluso cuando no la hay. Probar el cocido lebaniego que manufacturan en el restaurante del hotel Valdecoro, por ejemplo, que es una demasía de ricura, un guiso de interiores con garbanzos de Potes, berza, morcillo, chorizo, tocino, huevos, relleno y su sopa de fideos. Turbador el que comí aquel mediodía de sábado sentado junto con Pilar G. Bahamonde, la sabia y joven traductora de la historia y la vida que vela por la memoria de Beato de Liébana.
Carlos Herrera Periodista Desde 2001, dirige el matinal Herrera en la Onda en la cadena de radio Onda Cero.