Un clásico entre las coctelerías, una de las antiguas de Barcelona, abierta desde 1960. Una visita que sin duda merece la pena. Los cócteles son excepcionales. Los camareros van vestidos con pajarita, lo que le da al lugar cierto encanto y elegancia.
Rafael de Campalans, 174
Hospitalet de Llobregat
(Barcelona)