Revista Salud y Bienestar

Codo de tenista o Epicondilitis

Por Blogdefarmacia.com

Una persona sufre de epicondilitis cuando experimenta  una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo del codo, esta es una variedad de tendinitis en donde el dolor puede aparecer a nivel de la inserción muscular en el hueso del codo o se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo y ocasionalmente hasta la muñeca.

La epicondilitis generalmente se relaciona con el sobre uso o con un traumatismo directo sobre la zona. El dolor es más intenso después de un uso efusivo de la extremidad en cuestión. Las actividades que suponen prensión fuerte o rotaciones del antebrazo agravan dicho traumatismo.

Podemos encontrar dos tipos de tratamientos, uno no quirúrgico y el quirúrgico, la realización de uno u otro variara según la complejidad de epicondilitis.

Dentro del tratamiento no quirúrgico podemos citar las técnicas manuales osteopáticas, protección, disminución de la inflamación, y fortalecimiento de los músculos y tendones, en su conjunto apuntan a la modificación de aquellas actividades que agravan el dolor, la disminución del tiempo o intensidad de la actividad, realización de descansos y estiramientos. También es muy efectiva la utilización de una codera elástica o una férula de muñeca y ocasionalmente la inmovilización con yeso.

Un programa de estiramientos puede ser útil para disminuir la tensión del músculo sobre el tendón implicado. Los estiramientos incluyen el brazo afectado, el cuello, parte superior de la espalda y hombro, mano, muñeca, antebrazo y tríceps.

Codo de tenista o Epicondilitis

La desinflamación puede lograrse mediante la realización de crioterapia/hielo como así también la utilización de medicación antiinflamatoria e infiltraciones con corticoides.

Ocasionalmente es necesaria la cirugía si la epicondilitis no responde al tratamiento conservador. La técnica no es tan eficaz como muchas otras intervenciones y no se recomienda a menos que se haya completado un programa adecuado de tratamiento no quirúrgico.

Tras la cirugía, es conveniente continuar con los ejercicios de estiramiento para prevenir recaídas. La recuperación completa se consigue generalmente entre seis semanas y cuatro meses tras un arduo trabajo de rehabilitación.


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