Brotes verdes.
Vuelvo tras mis pasos con el objetivo de retomar lo que ya hace unos meses estanqué a propósito. Es dificil, llegado a un punto de cavada de zanja, saber si se sigue el camino correcto en su elaboración a no ser que, por unos instantes, saquemos la cabeza y miremos al frente, corroborando que, en efecto, seguimos el camino indicado por las estacas que, a fuerza ahorcan, instalamos cómo tálamos sobre los que describir la trayectoria en la que tan enfangados nos hayamos. Sea cómo fuere, la dificultad de seguir no sólo es po no ver el camino sino por haberlo errado de forma total y consistente sin, en ningún momento, ser consciente de que, verdaderamente, nos hemos estancado en una encrucijada en la que, saliendo por el brazo en que salgamos, terminamos retornando al punto de inicio sin solución de continuidad. Dudo mucho que sea necesaria tanta perorata para certificar que en su día me harté de blog y pegué el frenazo en seco sin saber a ciencia cierta cuando volvería a arrancar.
Reinicio.
No ando demasiado convencido de estar a pleno rendimiento anímico para retomar ésto. Es más, lo único que tengo muy claro es que quiero hacerlo desde la Independencia total que otorga el estar desvinculado de cualquier movimiento, grupo o iniciativa. Llego a tal conclusión ante la deriva que mi vida bloguera ha experimentado en los últimos meses hasta la paralisis total al no encontrar una salida ante la panoplia de informaciones, de iniciativas o de actuaciones muy alejadas del inicial objetivo de éste blog. Obviamente, la culpa es mía, pues en lugar de ceñirme al proyecto inicialmente concebido para el mismo, la fotografía, el patrimonio, la reflexión y los relatos, decidí entregarme a la vorágine de la crítica política, de la descalificación gratuita, de la entrega a un objetivo banal e inútil que sólo ha conseguido agotarme y agotar la fuente de la que bebía en toda su intensidad.
Con gran dolor de mi corazón, decidí así por ayer que debía reiniciar en el momento mismo en que afirmé la necesidad de un cambio político en España e invertir demasiado texto y esfuerzo en mi blog, contaminándolo inevitablemente de un exceso de politicástria que, a tenor de lo sucedido hasta el día de hoy, no ha servido más que para mantenerse en un raro ralentí que no sé hasta que momento poder mantener. Es ésta una de las razones para abandonar de golpe la Red de Blogs Comprometidos, pues nada más puedo aportar y la exigencia mínima de esa aportación, no ya por parte del Grupo sino por mi terquedad en el convencimiento de que se debe de aportar por narices, me agota y aburre y ello podría traer el detrimento al camino que deseo dar, de un modo y otro a éste blog. A mi blog, el de aquellos que lo visiten por el gusto de hacerlo y no por radicalizarse en unas ideas estúpidas y sin razón.
Punto y aparte.
Siento y lamento el haberme mantenido tan alejado del albero bloguero. No puedo deshacer lo que el tiempo ya ha recorrido. Pero si intentaré enmendar mi proyecto, el personal, a partir de nuevas rúbricas en lo que es el día a día de mi bitácorar. Siento en el alma si he defraudado las expectativas de quienes pensarían en su día que yo podría ser buen compañero de un viaje que ni necesito ni deseo y que ciertamente he dejado pasar demasiado tiempo en la reanudación de una obra que se ha enquistado en el olvido de la blogosfera. De momento no he decidido retomar la actividad de manera constante y con la fuerza de otros tiempos, pero buena sea ésta muestra de mi propósito de enmienda y de que deseo volver a las andadas eso sí, haciendo lo que sé, lo que me gusta y sin tantísimo e inútil lastre cómo yo mismo me he ido echando encima. Quien quiera seguirme invitado está y quien no... Él mismo.