Revista Opinión

Coito Con Desconocido Parte Final

Publicado el 10 julio 2019 por Carlosgu82

Estoy confundida y sobreexcitada. Él me besa y yo me estremezco cuando sus manos vuelan por mis pezones. Björn nos observa y eso me estimula más. Entonces recuerdo algo que a Eric le gusta.

—Quiero que Björn me folle mientras tú me ofreces, me besas y miras. Sé que te gustará hacerlo. Y, cuando él se corra, quiero que me folles tú como sabes que me gusta.

A medida que lo voy diciendo, veo que a Eric se le ilumina la cara. Los ojos le chispean. He entrado totalmente en su juego y él lo sabe. Me da un último y lascivo beso antes de levantarse de la cama. Después mira a Björn y dice:

—Fóllatela.

—Será un placer, amigo —murmura Björn, mientras sonríe.

En su rostro se ve el deseo y su pene hinchado refleja las ganas que tiene por hacerlo. Se sube a la cama y se pone a horcajadas sobre mí. Siento su pene erecto descansar sobre mi barriga y, cuando se agacha, me estira los brazos y se mete uno de mis pechos en la boca, jadeo mientras miro a Eric. Durante varios minutos, siento cómo Björn chupa y succiona mis pezones y manosea mi trasero bajo la atenta mirada de mi dueño. Me estruja las cachas del culo con sus manos y me gusta. Después, baja hacia mis piernas y, sin miramientos, me las agarra y se las pone sobre los hombros hasta dejar mi sexo frente a él.

Con los ojos muy abiertos, miro los cristales que hay en el techo y me estimulo más. Estoy desnuda en una habitación con dos hombres y abierta de piernas para un desconocido que me va a follar. Y lo mejor, Eric está a mi lado, observando. Me anima a disfrutar de la experiencia y yo la quiero disfrutar. Durante varios segundos,  Björn  no  hace  nada  hasta  que  lo  oigo  decir,  mientras  siento  que introduce sus dedos en mí:

—Estás empapada y tu coño me está volviendo loco.

De pronto vuelvo a sentir su boca invadiéndome y Eric vuelve a colocarse a mi lado.

—Así, pequeña… —me dice Eric—. Es lo que querías, ¿verdad?

—Sí.

—Vamos, cariño, ábrete bien para que pueda disfrutar de ti y córrete para que te saboree bien. Después, yo te follaré como llevo horas deseando hacerlo.

Aquel  lenguaje  tan  soez  me  habría  provocado  rechazo  en  otras  ocasiones. Incluso me habría molestado, pero de pronto y en una situación como aquélla me gusta. Me estimula. Me altera.

Björn me agarra las nalgas para meterme totalmente en su boca. Le gusta, me saborea, disfruta y yo jadeo. Gimo y me retuerzo. Con la lengua barre mi sexo una y otra vez, una y otra vez y entonces Eric me agarra las manos sobre mi cabeza y no puedo evitar mirar su duro y ardiente sexo. Björn, sin darme tregua, llega hasta mi hinchadísimo clítoris. Está enorme, muy avivado. Siento que lo engancha con sus dientes y tira de él. Grito. Me retuerzo. Quiero más.

Miro a Eric y vuelvo a observar su pene. Él sonríe al intuir mis intenciones y, cuando un jadeo sale de mi boca, se agacha y lo pone entre mis labios. Quiero metérmelo en la boca. Lo chupo, pero lo retira rápidamente.

—No, pequeña —me dice, agachándose—. Si te dejo hacer lo que quieres, no voy a poder parar.

Mi vagina se contrae y entonces Björn me baja las piernas. Veo que se pone un preservativo.

—Te voy a follar, preciosa. Te voy a follar delante de tu hombre y él te va a abrir para mí, mientras te sujeta para que no te muevas.

Grito. Me sofoco.

Los ojos de Eric brillan. Le gusta ver aquello. Le gusta tenerme así. Y entonces Eric se agacha y me abre los pliegues de la vagina con sus manos. Björn me coge de los muslos, pone su pene en la entrada y poco a poco tira de mis muslos y me atrae hacia él. Mi húmeda vagina lo atrapa y se contrae mientras siento cómo Eric me encaja en Björn. Sus manos cierran mi vagina y su pene queda metido totalmente en mí.

¡Dios… esa sensación es deliciosa!

Eric aparta sus manos de mi vagina, coge mis manos y me las sujeta por encima de la cabeza. En ese momento, Björn mueve las caderas en busca de más profundidad y lo consigue. Jadeo… Jadeo y Eric atrapa mis jadeos con su boca. Se los come. Los disfruta y sé que lo vuelven loco.

Björn continúa su baile particular dentro y fuera de mí. Una… y otra… y otra

vez… Me folla como le ha pedido Eric y yo lo gozo. Abro las piernas para él y dejo que me penetre una y otra vez hasta que mis jadeos se vuelven más seguidos, más sonoros. Exploto y me retuerzo entre las manos de ellos.

Björn me suelta. Eric también me suelta y, cuando Björn saca su pene de mí, veo que cambian sus posiciones en la cama. Ahora, Eric está entre mis piernas y Björn sobre mi cabeza. Mientras normalizo mi respiración veo que Eric se pone un preservativo; después, coge una especie de jarra de agua y la deja caer sobre mi sexo. El agua fresquita me hace gritar de nuevo.

—¡Dios… te follaría otra vez! —dice Björn, mientras se quita el preservativo. Eric sonríe, mira a su amigo y, mientras me seca con una toallita, murmura:

—Lo harás…

Cierro los ojos. Aún no puedo creer lo que estoy haciendo. Cuando los abro veo la cara de Eric frente a la mía que me pide:

—Bésame.

Abro la boca y lo beso mientras siento que desliza su erección desde mi clítoris hasta mi ano. Juega conmigo. Me estimula y grito de frustración. Estoy mojada y resbaladiza y eso me excita y lo excita a él también. Mete su dedo en mi interior y, como estoy tan abierta, me mete tres de golpe.

—Nena… estás muy abierta y receptiva. Te gusta, ¿verdad?

—Sí… Sí…

Me muevo sobre su mano. Imploro lo que quiero, mientras Eric continúa su juego sobre mí y Björn nos observa.

De pronto, siento que uno de sus resbaladizos dedos se para en mi ano. Con movimientos circulares lo estimula y, cuando me quiero dar cuenta, el dedo se mueve en mi interior. Durante unos segundos, lo mueve mientras yo me arqueo para que no pare y entonces soy consciente de que el pene de Björn vuelve a estar erecto y cae sobre mi cara.

La vista se me nubla cuando Eric saca su dedo de mi ano y de una estocada mete su maravilloso pene en mi vagina. Grito. Él se para y me mira. Se tumba sobre mí, pone una mano sobre mi cabeza y la otra en mi trasero.

—Dios, nena… me estás volviendo loco. ¿Esto es lo que quieres?

—Sí.

Mueve  sus  caderas y  se  hunde  más en  mi interior,  mientras siento  que  sus testículos están a punto de entrar también. Jadeo. Su enorme glande sobreexcitado

es mucho más ancho y largo que el de Björn. Noto cómo mi carne se abre para recibirlo y eso me hace gemir y retorcerme entre sus brazos. Eric me besa, entra una… dos… tres… cuatro y mil veces en mí con posesión, mientras me arranca gustosos gemidos de placer. Björn me agarra los hombros para que no me mueva. Y entonces las embestidas de Eric se vuelven más secas y posesivas, mientras Björn murmura:

—Así, preciosa… disfruta…

Mis gritos no tardan en aparecer de nuevo. Agarro a Eric por el trasero y lo obligo a golpearse contra mí una y otra vez mientras veo sobre mi cara el pene hinchado y duro de Björn. Estoy a punto de pedirle que me lo meta en la boca, cuando Eric lee mi pensamiento.

—No. Mírame.

Rápidamente le hago caso y siento que Björn me suelta los hombros y se baja de la cama. Eric clava sus impresionantes ojos en mí y me da un azote que me escuece, mientras me embiste con fuerza. Su respiración es brusca, inconstante pero sus acometidas  en  el  interior  de  mi  vagina  me  hacen  convulsionar  a  cada  nuevo ataque. Vuelve a azotarme. El calor me sube por el cuerpo y jadeo su nombre…

—Eric…

Me abrasa la excitación cuando vuelve a darme otro azote y noto que mete un dedo junto a su pene en mi vagina y vuelvo a jadear. Su dedo empapado de mis fluidos va directo a mi ano y, al notar que lo mete, grito. Esta vez, la invasión es más fuerte. Su demoledor dedo entra y sale de mi ano mientras que su pene lo hace en mi vagina y esa nueva sensación me deja extenuada.

Con el cuerpo palpitándome, deseo lo que me exige y lo que me hace y casi rezo para que continúe y no pare nunca. Mis caderas se levantan en busca de más, hasta que el rostro de Eric se contrae y yo, tras un demoledor grito, me dejo llevar.

-Pideme Lo Que Quieras


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