Revista Opinión

COLABORACIONISTAS CON FRANCO: EL HAMBRE. Hoy, hace 20 años. 23 de enero de 2002

Publicado el 23 enero 2022 por Cronicasbarbaras

Separados por cuatro días acaban de fallecer Camilo José Cela y Adolfo Marsillach. En los periódicos, el último viaje del escritor provocaba debates sobre su honestidad, mientras que el del hombre de teatro merecía alabanzas sin sombras.

“Pero si inculpan a Cela de delator o censor, podrían denigrar también a Marsillach por participar en “Jeromín” o “La paz empieza nunca”, películas de propaganda nacionalcatólica y franquista”, advierte Carlos Serrano Morán, abogado, historiador, y amigo de ambos.

A sus 86 años Serrano ya no tiene compromisos. Izquierdista condenado a prisión tras la Guerra Civil, comprende el limitado colaboracionismo, ejercido por su necesidad de comer.

Durante dos décadas, tras la Guerra, muchos españoles vendieron algo de su dignidad para sobrevivir: un respetado izquierdista, Eduardo Haro Tecglen, alababa a Franco; Cela se ofrecía como delator y lo rechazaban porque sus denuncias eran infantiles, y Marsillach, Fernando Rey –hijo de un oficial rojo-- o Fernando Fernán Gómez actuaban en películas de propaganda franquista, recuerda Serrano.

Años duros, aquellos. Eugenio Suárez, un “liberador” de la prensa del tardofranquismo, cuenta que cuando él consiguió un ascenso, Cela tomó su relevo como censor de revistillas piadosas de Acción  Católica y de fotografías que nunca llegaron a picantes: aquel trabajo específico no estaba concebido para verdaderos censores, sino para un escritor hambriento que había padecido tuberculosis y que tenía que subsistir mientras describía las miserias de aquel tiempo en “La Colmena”.

Después, ni dioses ni diablos, fueron consecuentes y unos siguieron siendo de derechas, como Cela, y otros de izquierdas, como Marsillach.


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