Si a alguien le interesa saber que es lo que opino sobre la serie Damages, sólo tiene que pasarse por mi última y reciente colaboración con LOQUEYOTEDIGA, y ponerse a leer atentamente, aun así no estoy seguro que acabe sabiéndolo del todo. Aunque en ese post haya puesto todo mi nervio y mi mala leche intentando encontrar la esencia de mi relación con ella, ya os voy diciendo que no creo haberla hallado a pesar de mi gran insistencia y perseverancia en conseguirlo. En dicha reflexión e intentando averiguar por qué me gusta esta serie a pesar de sus muchos y variados resbalones y torpezas argumentales, y el por qué también de mis grandes decepciones y pataletas cuando solo puedo ver en ella maravillosas interpretaciones y unas historias tan absorbentes como fascinantes. Al menos puedo decir sin miedo a equivocarme que dicha contradicción sí que se encuentra incluida en el post. Algo es algo.
Y ya para terminar esta breve introducción, os diré que para hacer una buena entrada sobre Damages tendría que haber empezado por el final e ir reconstruyendo el post poco a poco hasta encajar todas las piezas ¡Que difícil! y que pereza ¿no? Bueno por intentarlo que no quede: “si quieren ver una buena de abogados pónganse con The Good Wife”. Y ahora sí, que sí, todo el mundo a leer la entrada o serán demandados por mis abogados…