Estamos muy acostumbrados a asociar el colágeno con las cremas de belleza que usamos habitualmente pero muy pocas veces pensamos que en realidad es una proteína que abunda en nuestro cuerpo y que hace que nuestros tejidos sean elásticos y bien estructurados.
Al pasar los años el colágeno se pierda y, a parte de provocar las típicas arrugas en la piel de las personas mayores, hace que se pierda densidad ósea y aparezca el dolor articular. De esta manera se ponen las bases de dos enfermedades tan importantes como la artrosis y la osteoporosis.
La artrosis hace que el cartílago que protege los huesos se degrade hasta destruirse y luego destruir también el hueso que protegía. Este proceso aparece en las personas mayores y provoca un dolor muy intenso. La osteoporosis también se asocia al proceso de envejecimiento y consiste en que se va perdiendo masa ósea hasta que los huesos se rompen por ser demasiado frágiles. Se ha demostrado que la pérdida de calcio que la origina está relacionada con la falta de una matriz colágena en condiciones donde pueda sujetarse el calcio ingerido.
Para evitar esta pérdida de colágeno debemos incluir este nutriente en nuestra alimentación. Se encuentra especialmente en las carnes que presentan más tendones y ligamentos (lo que vulgarmente llamamos ‘nervios’). También se encuentra colágeno en el pescado (sobretodo en la piel y las espinas) y en las gelatinas y caldos de carne o pescado.
De igual manera en el mercado existen preparados de colágeno. Si queremos incorporarlo a nuestra dieta de forma correcta debemos añadir 10 gramos a alguno de los alimentos líquidos que tomamos cada día. Puede tomarse de forma indefinida porque es un alimento natural y sus beneficios se notan entre 1 y 3 meses después de haber empezado a administrarse.